Rafael Gómez Martínez
El Nuevo Siglo, Bogotá
Octubre 1 de 2009
Los resultados de las consultas del Partido Liberal y del Polo Democrático ratifican que el elector del siglo XXI no es bobo y que muy contrario a como se manejaban las maquinarias políticas en el siglo XX los votos de opinión sí cuentan castigando a los dirigentes, en primera instancia, y al partido político en segunda.
La abstención en las consultas es una forma de castigar. Al Polo lo aniquilaron sus mismos dirigentes. Y, al otrora glorioso Partido Liberal, sus mismos dirigentes le otorgaron un bono exequial de la Funeraria Gaviria. O peor aún, como los elefantes, se encuentran en vía de extinción.
El pobre resultado del Partido Liberal no es más sino la consecuencia de su frívola postura light e imagen institucional actual. Desconcierta el Gaviria de hoy con frases tan frívolas. Tan lights. Sin propuesta alguna o planteamiento ideológico. El Gaviria de hoy se queja, por ejemplo, porque el Gobierno quiere acabar con “mi partido, mi partido”, como si se tratara de mi juguete, mi juguete. Con pataleta incluida. Riéndose cuando habla. Hace gala de una falta de visión terrible.
Por querer estar a la moda, de avanzada, y por incurrir en frivolidades César Gaviria perdió su imagen de un estadista serio y pragmático. Y, de paso, el Partido Liberal perdió su seriedad. ¿Será que César Gaviria dará un paso al costado? Las posturas light y de pasarela de Gaviria, no acordes con su imagen institucional, le quitaron la seriedad a un Partido Liberal con 161 años de historia. Con decirles que irradia más seriedad Piedad Córdoba que César Gaviria. Cómo estará la cosa.
Así como mis jóvenes amigos liberales no se sienten identificados con las posturas lights de César Gaviria; mis compañeros, compañeros, tampoco se sienten identificados ni con Samuel, ni con el otro Gaviria.
En el caso del Polo, con tan solo dos años de vida se envejeció tanto o más que el Partido Liberal. El Polo se ve como su dirigente agnóstico caído en desgracia: sin creencias ideológicas. Entre las canas de Samuel y las barbas de Gaviria, el Polo se ve como Papa Noel pero de amarillo. Cuando apenas tiene dos años de vida.
Los pobres resultados electorales del otrora Partido Liberal y del Polo en sus consultas son consecuencia de la falta de seriedad ideológica y de formalidad de sus dirigentes. Como diría Caballero en su monólogo: como no son serios, ni consecuentes con sus programas, no obtienen los resultados esperados.
Ojalá que con Petro y con Pardo a la cabeza de sus partidos: personas inteligentes, serias y cultas; por lo menos es la imagen que tengo de ellos, le inyecten un poco de formalidad y de seriedad a sus partidos porque la política es una profesión muy seria como para tener unos planteamientos ideológicos tan frívolos, tan lights y tan agnósticos.
Puntilla. Por algo será que las cosas se parecen a sus dueños.
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