miércoles, 7 de octubre de 2009

Capital natural desperdiciado

Editorial

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Octubre 7 de 2009


Los combustibles de origen fósil, es decir, los no renovables, no solo escasean, sino que le producen daños enormes al mundo a través de las emisiones tóxicas de motores y fábricas, causas principales del calentamiento global por sus gases de efecto invernadero. Ya se ven los deshielos de los polos a medida que aumenta la temperatura promedio del globo, y también el incremento en el nivel medio del mar, con sus consecuencias nefastas para el mundo y en particular, para las ciudades costeras.

De ahí que la búsqueda de combustibles no fósiles y de fuentes de energía alternativa se tiene que intensificar en el mundo. Ya se han visto las primeras señales en los carros híbridos, que funcionan parcialmente con motores convencionales de combustión interna y con motores eléctricos complementarios. Aunque estos aparatos han progresado, aún les falta mucho para que se conviertan en la norma de los usuarios y no en la excepción.

Las tecnologías para la producción de energía alternativa verdaderamente limpia, son costosas, mientras que los biocombustibles no son sino un camino intermedio menos dañino, pero que está lejos de ser limpio.

Las fuentes de energía alternativa verdaderamente limpias que quedan disponibles son la solar y la eólica, principalmente, sin menospreciar la hidroeléctrica, aunque ésta también tiene sus bemoles porque exige la construcción de presas para inundar grandes áreas de terreno donde almacenar agua suficiente.

La energía eólica exige que donde se instalen los molinos haya mucha brisa, ojalá permanente, aunque quizá ningún lugar del mundo cumple del todo con ese requisito. La Guajira, en Colombia, ya tiene una batería de generadores eólicos de propiedad de las Empresas Públicas de Medellín, con resultados aceptables.

Y a todo lo anterior hay que agregarle la energía solar, sobre la que cada día hay mejores tecnologías, algunas de las cuales tienen más de 20 años en Colombia, como los páneles solares para energizar cercas eléctricas donde no hay otra fuente de energía, al igual que bombillos de 12 voltios para el alumbrado básico de casas en parajes remotos.

Aunque le corresponde a la empresa privada abrirle paso a estas tecnologías, su costo hace indispensable la ayuda inicial del Estado colombiano mediante estímulos, ya que la energía solar es toda ganancia para el medio ambiente y para la calidad de vida de la población.

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