Por Roberto Micheletti
Colombian News, París
21 de septiembre de 2009
Buenas Noches. Hoy el pueblo hondureño es, nuevamente, protagonista en el escenario político internacional. Como huésped provisional en la embajada de Brasil, el ex presidente Manuel Zelaya ha regresado de modo irregular a Honduras. A pesar de ello, nuestro país está en calma. Prevalece la ley y el orden; y no hay informes de disturbios ni violencia. Y así va a permanecer Honduras.
Hago un llamado a todos mis conciudadanos a permanecer tranquilos. La presencia del Sr. Zelaya en el país no cambia nuestra realidad. El pasado 28 de junio, el ex Presidente Zelaya fue removido de su cargo legalmente, por decisión de la Corte Suprema de Justicia y Congreso de este país. Como lo estipula el Artículo 30 de nuestra Constitución, al decidir regresar a Honduras, el Sr. Zelaya acepta su deber de presentarse ante las autoridades para enfrentar los cargos en su contra por repetidas violaciones a las leyes de Honduras.
No queda claro por qué ha regresado ahora a Honduras el Sr. Zelaya. Solo él lo sabe. Pero yo no puedo arribar a otra conclusión más que está aquí para continuar obstaculizando la celebración de nuestras elecciones el próximo 29 de noviembre, como lo ha venido haciendo desde hace semanas. Pero su presencia en el país tampoco cambia el compromiso de todos los hondureños con el proceso electoral, el cual comenzó bajo el propio mandato del Sr. Zelaya hace casi un año y culminará con las elecciones presidenciales el 29 de noviembre. Mi gobierno respeta el estatuto internacional de la representación brasileña en Honduras. Esto, pese a que Brasil no nos ha extendido la cortesía de reconocer al gobierno Constitucional de Honduras.
Hago un llamado al gobierno de Brasil a que respete la orden judicial dictada contra el Sr. Zelaya, entregándolo a las autoridades competentes de Honduras. El Estado de Honduras está comprometido a respetar los derechos del Sr. Zelaya al debido proceso. Los ojos del mundo están puestos sobre Brasil y también sobre Honduras; no dejemos que las pasiones de unos pocos manchen la reputación e imagen de nuestra gente. El problema que se le ha presentado a Honduras, es uno de naturaleza interna, que debe ser resuelto por autoridades Hondureñas y conforme a su derecho interno.
Este no es un problema que concierna a la paz y la seguridad internacional. Confiados en el respeto al derecho, defenderemos nuestra democracia representativa, nuestra soberanía y autodeterminación, juntos gobierno, pueblo y sociedad civil.
Buenas Noches.
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