sábado, 3 de octubre de 2009

"Gran estrategia" para ganar al menos en la B

Por Juan Carlos Pinzón Bueno

El Espectador, Bogotá

Octubre 3 de 2009

Son tantos los retos que enfrentamos, que en general el país está concentrado en sí mismo.

La consolidación de la seguridad, el desarrollo de infraestructura competitiva y de presencia territorial, la igualdad de oportunidades en el acceso a educación, salud y empleo, el acceso a mercados, la agenda de ciencia y tecnología, entre otros. Son temas que razonablemente obligan a tener una actitud local. Pero si no miramos al mundo vamos a quedar rezagados en un momento histórico.

La crisis económica global del último año ha desencadenado varios hechos. Uno de los más notorios es la mayor importancia relativa de los gobiernos a nivel global con respecto a la iniciativa privada y los mercados. Otro es la presencia de nuevos jugadores internacionales en lo que han llamado un “nuevo orden” económico mundial. Es temprano aún para saber si es permanente, pero la coyuntura está generando cambios que pueden ser irreversibles.

Estamos frente a una realineación a nivel global. No es sino mirar los titulares de la prensa internacional de los últimos días. La demostración de poder (militar) en el aniversario de la revolución China ésta semana. Las negociaciones de la comunidad internacional con Irán respecto del tema nuclear. El nuevo intento de diálogos de paz entre Israel y Palestina. La decisión de convertir al G-20 en el foro decisorio en materia económica, que vincula no solo a las nuevas potencias mundiales como China, India y Rusia, sino a potencias regionales como Brasil, Sudáfrica, Indonesia, Australia y Turquía (no perder de vista que México y Argentina son miembros).

Este período de cambio, está señalando aspiraciones de diferentes gobiernos, si se quiere hay cierta anarquía. Se observa cómo las potencias tradicionales están buscando ceder espacio sin afectar sus intereses, los grandes jugadores (típicamente potencias nucleares y más recientemente económicas) están consolidando su posición, las potencias emergentes están creando mecanismos de influencia en sus regiones (caso de Brasil con Unasur o Turquía en el Mar Negro), y otros gobiernos han decidido tomar provecho de la coyuntura y convertirse en aspirantes a potencia con programas de expansión fundamentados en la riqueza petrolera (caso de Venezuela o Irán). La tentación de la proliferación nuclear como mecanismo para lograr respeto por parte de las grandes potencias ha generado un ambiente más complejo y hostil. En éste sentido el Presidente Uribe tiene toda la razón al anticiparse y denunciar el peligro que esto representa para nuestra región.

En éste panorama, ¿dónde está Colombia?, ¿qué intereses y aspiraciones tenemos?, ¿cuál es nuestra estrategia? No se trata de perder las proporciones, ni de querer jugar en “la A” cuando aún no estamos ahí. Se trata de ser ganadores en nuestra “división”, en el área de influencia regional. Debemos pensar con responsabilidad en lo que los académicos llaman “Gran Estrategia”. No podemos regalar más décadas al terrorismo y seguir enfocados en la violencia que nos han impuesto. Derrotar el terrorismo es una prioridad, pero como nación conviene renovar la agenda con visión y conciencia del potencial y el tamaño del país: 26º en extensión y 28º en población en el mundo.


Nota1: Los fallos judiciales se deben acatar. Pero cada vez es más angustioso ver lo que sucede con casos de miembros de nuestras Fuerzas Armadas que defendieron la patria con dignidad.

Nota2: Brillante el trabajo paciente y metódico que adelantan desde hace más de un año las Fuerzas Armadas en las alturas de la cordillera central. Ojala llegue más apoyo social y privado a la región.

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