viernes, 2 de octubre de 2009

La muy amarga soledad de la oposición

Oscar Tulio Lizcano

La Patria, Manizales

Octubre 2 de 2009


La conclusión contundente es que los dos partidos de oposición más importantes no generaran ninguna preocupación a las huestes que apoyan al presidente Uribe, tampoco fue un plebiscito en contra del gobierno.

Muy amarga fue la campaña de los candidatos del Partido Liberal colombiano, del Polo Democrático y del movimiento Mira; en Caldas, por ejemplo, la maquinaria liberal en cabeza del candidato liberal Rafael Pardo sólo alcanzó a poner menos de 5% de lo logrado en la pasada contienda electoral para Congreso de la república.


Uno se pregunta sobre los altos costos en que incurrió el Estado para financiar este tipo de consultas, en un país con alto índice de pobreza: ¿valdría la pena tanto esfuerzo económico y logístico? ¿Se justifica mantener el mecanismo de consultas preelectorales? Creo que no y la explicación la comparten millones de colombianos.


No es justo que finalmente los contribuyentes tengan que pagar multimillonarios recursos prioritarios como la vivienda, la salud, la educación, entre otros, para satisfacer a algunos precandidatos que como se sabía con anticipación no tenían ninguna opción de ganar, sencillamente querían publicitar su nombre con el fin de ser tenidos en cuenta para un alto cargo público o como antesala para un senado, gobernación o alcaldía y agregar a su hoja de vida el haber sido candidato a la mayor dignidad de la democracia colombiana.


También se deduce que con menos de dos millones de votos depositados en las urnas el pasado domingo 27 de septiembre por los aspirantes liberales y del Polo, el balance para estas dos colectividades es tremendamente decepcionante, teniendo en cuenta que este tipo de jornadas partidistas están diseñadas para convocar a sus militantes y no al electorado en general. La conclusión contundente es que los dos partidos de oposición más importantes no generaran ninguna preocupación a las huestes que apoyan al presidente Uribe, tampoco fue un plebiscito en contra del gobierno. Demostrando con estos resultados una debilidad de sus opositores. Para nada les sirvió la estrategia publicitaria que montaron por radio, televisión y prensa: “La reelección es nociva para la salud democrática”.


No se oyeron propuestas en materia de empleo, salud, educación y mucho menos el manejo que se le dará al terrorismo, narcotráfico en inseguridad en las ciudades.


Por el contrario para los colombianos queda claro que frente a la amarga soledad de los precandidatos en la pasada consulta, el gobierno comprobó que la gran mayoría lo apoya y que votará por la segunda reelección de Álvaro Uribe.


Lo único rescatable de esta jornada con relación a los candidatos que se presentaron fue que cada uno se examinó de diferente manera, después del conteo de votos, de la consolidación y de las reacciones políticas, comenzaron a vislumbrarse los caminos que cada personaje podría tomar para acomodarse en el futuro, en el caso particular del ex gobernador de Antioquia Aníbal Gaviria Correa quedó la sensación que va a ser importante y relevante no sólo en su partido Liberal, sino como figura nacional, ante una clase dirigente que ya acusa fatiga, que está repitiendo su discurso y que no expresa ideas nuevas, como dicen los griegos: “no hay cosa más peligrosa que una idea cuando es la única que se tiene”.

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