viernes, 2 de octubre de 2009

No a la reelección... de Insulza


Alexandra Kling Mazuera

El Nuevo Siglo, Bogotá

Octubre 2 de 2009


EN los últimos meses se ha visto al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, tratando de arreglar por la fuerza el conflicto interno de Honduras. Sin embargo, sus “buenos oficios” no produjeron sino endurecimiento del gobierno Micheletti. Era obvio que su papel de “mediador” no lo llevaría a ninguna parte, ya que las instituciones hondureñas no querían, ni quieren, reinstaurar al muy cuestionado presidente Zelaya. ¿A que estaría jugando Insulza? ¿A ser Secretario General de OEA o a tomar partido por la posición de los países del ALBA? Por ello, fue necesario que el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, entrara a intervenir en este conflicto interno.


Hace varios meses el continente estaba con problemas, entre ellos las relaciones de Colombia con sus vecinos, especialmente debido al rompimiento diplomático con Ecuador. Vimos al señor Insulza dos veces, pero no tres, tratando de mediar en nuestro conflicto. Luego se perdió. La razón era clara: el señor Insulza estaba con la cabeza puesta en las elecciones de su país, Chile.


Es de primer año que, cuando se asume un cargo de semejante envergadura, los funcionarios deben ajustarse a parámetros determinados por los cuales deben regirse. Uno de ellos, elemental, es que en su calidad de funcionario internacional, no debe inmiscuirse en la política interna de su país, y menos aún hacer política en su propio país desde su cargo en Washington, como lo hizo por varios meses. Bastaba con abrir la página Web del periódico El Mercurio de Santiago o en cualquier otro medio de ese país, para encontrarse con una declaración del señor Insulza.


Esta actitud demostró falta de respeto a la institución. Insulza utilizó a la OEA como trampolín para ser elegido candidato del Partido Socialista. Se lamenta uno por la OEA, un organismo que cada día tiene menos credibilidad debido precisamente a personas que, como el señor Insulza, se aprovechan de las circunstancias para sus propias agendas.


Duele pensar que con el aporte de todos los ciudadanos de los países miembros se estaba promoviendo una campaña política presidencial, en vez de la promoción de un continente en paz. Es obvio que como burócrata internacional el Secretario General de la OEA debió respetar su condición diferente al resto de candidatos en la contienda política chilena. Si quiso ser candidato ha debido renunciar a su cargo.


Soy de la misma línea que ha tomado la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton: no se debe reelegir a José Miguel Insulza para un nuevo período en la OEA. Como ciudadana colombiana pido a nuestra Cancillería que no vote por la reelección del señor Insulza. Si queremos ver una OEA fuerte en nuestro continente debemos elegir a otro candidato que ofrezca garantías a todos los países para volver a situar el organismo en el sendero de una diplomacia activa, fuerte, dinámica, creíble y con liderazgo en la región.


Lamento por Chile, país que siempre nos acoge como hermanos. En este sentido, la firma del Tratado de Libre Comercio ha sido sólo una de las cuantas acciones de hermandad que hemos recibido. Pero, infortunadamente, su candidato no dio la medida que todos esperábamos. Nuestro continente se esta resquebrajando, como lo ha demostrado la creación de Unasur, y una OEA bajo la dirección de alguien que no ha demostrado su imparcialidad ni tampoco su capacidad, no podrá resurgir

1 comentario:

Unknown dijo...

Alexandra,por casualidad hemos caido a tu excelente carta.....Que bien escribes y que cierto lo que dices.
Que bueno seria saber de ti directamente.Te recordamos siempre con especial afecto,

Mariel y Juan Larrain
Miami,octubre 31