Editorial
El Colombiano, Medellín
Octubre 10 de 2009
La semana termina con el anuncio del premio Nobel de Paz al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, luego del ciclo de galardonados en Medicina, Física, Química y Literatura. Queda pendiente el ganador del reconocimiento en Economía.
Este ciclo de nombres y premiados es una suerte de conciliación con la razón de ser que eligieron los ganadores como opción de vida: el otro. Ese ser humano que hace posibles nuestras ideas y que le da forma al indispensable escenario del respeto.
Y recordamos aquí las palabras de la catedrática española Adela Cortina, elegida hace poco como la primera mujer en la Academia de Ciencias Morales y Políticas de su país: "el mandamiento ético más importante es el de no dañar y sí empujar a la gente para que lleve a cabo sus planes de vida. Empoderar es darle poder a otro para que pueda llevar su vida adelante".
Y a esto, sin duda, se han dedicado los ganadores 2009 del premio creado por Alfred Nobel: a buscar el bienestar del otro, siguiendo los preceptos éticos de las ciencia físicas y sociales, y la política.
Obama recibe el galardón nueve meses después de asumir la presidencia. Si bien algunos consideran prematura la decisión, a nuestro modo de ver, conceder el Nobel a Obama es concedérselo a la esperanza del mundo, a la posibilidad de mejorar, a la capacidad de inspirar a los otros.
El Instituto Nobel de Noruega explicó que le entregará el galardón en diciembre próximo por sus "esfuerzos extraordinarios por reforzar la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos".
Y tienen razón, porque Obama representa la esperanza de un mundo más pacífico: prometió el cierre de la prisión de Guantánamo para enero, propuso un mundo sin armas nucleares, ofreció la apertura de un diálogo al mundo musulmán y se ha comprometido a implicarse personalmente en el logro de la paz en Oriente Medio.
Y así, paso a paso, con entrega y decisión, se construye la paz. No es un valor que surge de un día para otro. Son ladrillos que se ponen uno tras otro, día tras día, y se unen con el esfuerzo colectivo.
Comparten el honor del Nobel los científicos que descubrieron la telomerasa, enzima comprometida en el envejecimiento de las células, lo que abre camino a nuevos tratamientos contra el cáncer. Médicos que trabajan para mejorar la salud de su prójimo.
Como este de Medicina, los premios en Física y Química, valoran la contribución al bienestar de la Humanidad, en sus ámbitos más cotidianos, como la telefonía, internet, la fábrica de proteínas que da vida al ADN, o los cantos a la vida de Herta Müeller, quien desde la literatura supo oponerse a un régimen dictatorial.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, felicitó a Obama y señaló que es un reconocimiento a sus esfuerzos en favor de un "mundo más justo, equilibrado y pacífico". Un homenaje de gratitud que bien se aplica a todos los ganadores, por pensar en el otro, en su prójimo, con amor y respeto.
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