sábado, 17 de octubre de 2009

Córdova, mártir de la democracia

Raúl E. Tamayo Gaviria

El Colombiano, Medellín

Octubre 17 de 2009

Me contó un amigo cordovista que en una entrevista por televisión el doctor Óscar Lizcano, víctima de un horroroso secuestro que tuvo al país pendiente, le contaba al periodista que en sus largas horas en la selva, se imaginaba que los árboles a su alrededor eran sus alumnos y que él, como maestro, les enseñaba cómo el general José María Córdova traicionaba al Libertador, levantándose en armas contra él.

Pobres árboles, con ese maestro. Quedaron más brutos de lo que eran. Pero no podemos culpar al "maestro" que afectado por su propia tragedia y sin ningún libro para consultar, fuera expresando lo que recordaba de la historia patria. No ha leído don Óscar Lizcano a los biógrafos del gran héroe de Chorros Blancos y Ayacucho y 60 batallas más, cuando le escribió a Bolívar pidiéndole que no se dejara mal aconsejar de su Consejo de Ministros, todos venezolanos e ingleses, que querían hacerlo dictador vitalicio. Ya Bolívar, desconociendo la Constitución de Cúcuta de 1822, se había declarado Dictador de la Gran Colombia el 27 de agosto de 1828, tratando de evitar la separación de Venezuela y la Nueva Granada, aflorada en Ocaña, lo que produjo la revolución septembrina comandada por Pedro Carujo el 25 de septiembre y por la cual fueron al cadalso muchos dirigentes. Entre los condenados estaba el general Francisco de Paula Santander, a quien se le conmutó la pena de muerte por la expatriación, gracias a la intervención de Córdova. Lo que no le perdonaron nunca los generales Mosquera y Rafael Urdaneta.


No leyó el doctor Lizcano la obra de doña Pilar Moreno de Ángel, ni al general Álvaro Valencia Tovar, ni a tantos historiadores que cuentan la verdad sobre ese mártir de la democracia que prefirió la muerte a vivir bajo una dictadura, aunque el dictador fuera su amigo y su jefe. Mucha sangre había corrido por la patria y por los países andinos oprimidos por la Corona Española, para alcanzar la libertad y después caer bajo el yugo de un dictador criollo o de un monarca europeo, como se planteó de alternativa para gobernarnos.

Cuando los ejércitos de Bolívar, comandados por el general O'leary estaban cerca a Santuario, se envió un ultimátum al general Córdova con el coronel Montoya:


-General, le dijo Montoya a Córdova, somos 1.800 veteranos contra usted y sus 200 rebeldes, le a va a ser imposible vencernos.


-Puede que sí coronel, pero no es imposible morir.


El 17 de octubre de 1829, hoy hace 180 años, el general Córdova herido de muerte y recostado en un granero en un hospital improvisado en la plaza de Santuario, es rematado de tres sablazos en la cabeza por el sargento irlandés Ruberto Hand.


Se perdió la batalla y se perdió la vida del "más valeroso de los militares de la guerra de la independencia", pero se salvó la democracia, pues dos meses después de la muerte de Córdova, el 18 de diciembre de 1829, el Congreso de Colombia desaprueba categóricamente la monarquía o dictadura en nuestro país.


"No hubo un militar de alto rango o un patriota más leal al Libertador que el general José María Córdova. Sencillamente los recelos y la mezquindad de los aduladores de Simón Bolívar fueron los interesados en su muerte, pero el efecto no fue el que ellos esperaban, ante la muerte de Córdova el Libertador se declaró en franca derrota, se mostró triste, acongojado y no celebró su muerte como algunos de manera oportunista quieren mostrar." Dice su biógrafo don Jaime Arismendy Díaz.


ÑAPA: La viceprocuradora general de la Nación, Martha Isabel Castañeda, ha destituido fulminantemente al gerente de la Industria Licorera de Caldas por irregularidades al contratar distribución de licores para el Departamento del Valle, que calificó de "falta gravísima" y lo inhabilita por diez años para ocupar cargos públicos. El doctor Fehó Moncada había sido detenido en enero de este año y después absuelto por un juez de Manizales en junio 26. En esta columna lo habíamos registrado. Falta el gobernador que lo sostuvo y los contratistas que también deben ser culpables.

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