Editorial
El Colombiano, Medellín
Octubre 1 de 2009
Tanto los datos que presentó el Dane la semana pasada sobre los crecimientos del primer semestre para Colombia, como los del informe del Fondo Monetario Internacional, FMI, sobre el comportamiento de 50 países entre enero y junio de 2009, coinciden en indicarnos que la economía colombiana, no obstante su contracción, ha salido muy bien librada de la crisis y entrará pronto en un proceso de recuperación.
En el informe del FMI se observan contracciones muy fuertes en la mayoría de las economías vecinas. La contracción de México, superior al nueve por ciento, y la de Chile del 3,45 por ciento, hacen ver la cifra colombiana, del 0,5 por ciento, como un ligero viento en medio de una atroz tempestad. Quienes crecieron en la región: Argentina, el uno por ciento; y Perú, el 0,3, no muestran tampoco un buen desempeño.
En Colombia la caída interanual del producto deja ver que se tocó fondo. Es más interesante observar la cifra intertrimestral, es decir, segundo trimestre contra primer trimestre del 2009. Allí el crecimiento fue del 0,7 por ciento. Si en Colombia aplicáramos la metodología NBER que se usa en Estados Unidos, la noticia sería: "El país está creciendo al 2,8 por ciento".
La contracción interanual de Colombia fue generada por la caída en la inversión y el golpe de precios en las exportaciones. La formación bruta de capital se redujo en un 7,3 por ciento y, vale recalcar, fue la que jalonó el bajón de la economía colombiana antes de que se diera el colapso del mercado mundial. Luego se dio el efecto de exportaciones, buena parte del cual logramos capotear con la devaluación del dólar.
El sector que sigue teniendo un decrecimiento intertrimestral es el manufacturero. En éste han recaído todos los efectos: el del ciclo de inversión y el de las exportaciones. La inversión se reactivó levemente, pero la demanda de los hogares sigue resentida y cayó en el último trimestre. La clave para la reactivación de la economía es la dinamización del consumo hogareño y éste sólo se dará si los créditos de consumo reducen los enormes márgenes de intermediación que hoy tienen.
La economía colombiana tiene una fuerte palanca para reactivarse nuevamente: su consumo interno. Los hogares han venido recobrando la confianza, pero ésta no se puede materializar en decisiones de consumo o inversión cuando las tasas de interés que deben pagar se mantienen en los niveles que se observan en la actualidad. La posición cómoda del sector financiero, generando enormes utilidades que son registradas por el público, dejan un mal sabor.
La recuperación de la economía puede estar a la vuelta de la esquina, pero el giro lo debe dar el sector financiero. El Gobierno lo ha puesto todo expandiendo su consumo. El Banco Central redujo audazmente sus tasas. Ahora los bancos tienen la palabra.
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