domingo, 11 de octubre de 2009

Un premio serio

Rafael Nieto Loaiza

El País, Cali

Octubre 11 de 2009


Confieso que cuando supe que Piedad Córdoba era una de las aspirantes con más posibilidades de ganar el Premio Nobel de Paz casi suelto una carcajada. Admitamos que no es posible controlar la calidad de los postulados. El sistema de postulación es semiabierto y son centenares las personas que pueden presentar candidatos. Para ser justos, que ese filtro no sea seguro no dice nada sobre la confiabilidad del Nobel de Paz.

Y, sin embargo, pensé, plantea dudas un premio de paz que tiene dentro de sus candidatos más opcionados a una mujer que ha manifestado sus simpatías por los terroristas y por un régimen autoritario y peligroso para la paz y la seguridad internacionales como el del teniente coronel de lado. Que postulen a la Senadora, vaya y venga, no hay manera de evitarlo, pero que sea favorita...

Claro, podría ser que los miembros del comité noruego no tuviera la información completa sobre la trayectoria de la Congresista. Pero en cualquier caso habla muy mal de un galardón de semejante prestigio e importancia que se entregue sin una investigación exhaustiva de la historia, ideas y actividades de las personas que son postuladas.

Se me ocurrió que habría que enviarle al comité un buen resumen de las declaraciones de doña Piedad: por ejemplo aquella en que hablaba de los dialogantes y de buenas intenciones que eran el ‘Mono Jojoy’ y ‘Raúl Reyes’ o esa otra en la que no se sonrojó cuando sostuvo que ‘Tirofijo’ era el mejor ejemplo para nuestros jóvenes y que Colombia necesitaba un buen número de muchachos “revolucionarios” como el legendario criminal. O la foto abrazada con ‘Iván Márquez’ y otro par de bandidos, con flores en la mano, plena sonrisa de satisfacción y luciendo oronda la boina del grupo guerrillero. Y claro, por si acaso, una lista de las miles de víctimas civiles de sus sangrientos asesinatos y secuestros, no vaya a ser el diablo y los noruegos tampoco se hayan enterado de que su país ya incluyó a las Farc en la lista de las organizaciones terroristas. Eso sí, brevísima y tan resumida como sea posible, para que la lean ellos, los miembros del comité, que con tan graves ocupaciones como la de designar Nobel, tan poco tiempo han de tener para leer.

Pensé también que nos meteríamos en tremendo lío si la Senadora finalmente ganaba. Como soy mal pensado, me entró la sospecha de que si hoy ya es muy difícil que algún juez tenga los pantalones para condenarla en la hipótesis, Dios nos libre, de que la Senadora sea la famosa ‘Teodora’ que coordinaba la estrategia política de las Farc con el nunca suficientemente bien ponderado ‘Raúl Reyes’, con el Nobel de Paz en la mano esa tarea sería un imposible. En fin, que si doña Piedad hubiera ganado el Nobel de la Paz el orangután del Socialismo del Siglo XXI habría hecho un parrandón inolvidable con los petrodólares de mis sufridos hermanos venezolanos. Y nosotros deberíamos hacer de tripas corazón para soportar la que se nos vendría con la candidatura presidencial de la señora.

Y la sorpresa: el ganador es Obama. Recordé que apenas lleva nueve meses en el cargo. Y que aún no ha hecho nada distinto a sobrevivir la crisis y a empezar a sentar las bases de lo que quizá algún día sea una nueva política internacional. Es un manojo de buenas intenciones de las que está empedrado el camino al infierno. Y ahí sí me morí de risa. Las dudas que tenía han sido resueltas: el Nobel de Paz no es un premio serio.

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