Antonio José Caballero V.
El País, Cali
Enero 10 de 2010
Son atrevidos y descarados. Pero las respuestas son débiles y poco claras a los actos ofensivos que las Farc han cometido contra este país, sobre todo en las últimas semanas.
Solamente en sus mentes enfermas de odio y rencor cabe la desfachatez del comunicado que escupió el ‘Bloque Sur’ justificando el degollamiento del gobernador del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar. Dicen que la única intención “era realizarle un juicio político por corrupto”. Juicio que hubiera terminado en lo mismo, en la muerte, porque es lo único que saben: matar.
Es su única solución para lo que no les gusta: asesinar; y es la última determinación cuando se sienten perseguidos y asustados: degollar para dejar su huella de sangre y de terror.
Hace ocho días en mi programa ‘La noche de la Libertad’, Ingrid Betancourt decía: “Les gustó la vida de guerra y narcotráfico que se inventaron. Se acostumbraron a estar metidos en el mundo arbitrario de la sangre y el abuso, donde los jefes viven mejor que todo el mundo y se enriquecen a costa de la sangre de los colombianos”.
Eso son ellos, los que predican la lucha popular, matando al pueblo que dicen defender. Y no contentos con esta nueva salida en falso, nos ofrecen “la invariable determinación del Secretariado sobre la liberación unilateral del cabo Moncayo y el soldado Calvo”. ¡Qué buenos son! No nos quitan la expectativa del cuentagotas que anunciaron el 16 de abril del año pasado y que todavía tiene a las familias en vilo, angustiadas, casi a punto de perder la esperanza y entregarse a la agonía por sus hijos.
Y ahora, después de una clandestina presentación en un festival de realizadores argentinos, apoyados por una sala de mamertos de ese país que los tiene a montones, aparecen en una película vestidos de campesinos y sembrando trigo, maíz, lulo y cacao ‘farianos’ en el campo colombiano, en lugar de presentar lo que de verdad hacen: sembrarlo de dolor, desplazamiento, sangre y desolación.
Anuncian su presentación en Noruega, Suecia y Dinamarca; aquí debo preguntarle al Gobierno colombiano: ¿Dónde está la respuesta a esta propaganda que, quiéranlo o no, capta opiniones a través de las salas de cine del mundo?
Yo veo mucho anuncio y oigo mucha declaración aparentemente fuerte. Pero, ¿dónde está el Embajador itinerante que con pruebas vaya a cada organización internacional y muestre los videos reales con esas imágenes de viudas y huérfanos que las Farc construyen a diario con sus acciones?
¿Dónde está el funcionario de Cancillería que tenga este encargo y trate sólo este tema ante estos organismos? ¿Alguien que sea capaz de enfrentar a las ONG y a quien sea necesario, que haga el trabajo que ellos hacen, deslizándose como linces y listos a saltar como tigres?
El documental se llama ‘Resistencia Siglo XXI’. ¿No les dice nada este título como para pensar en las relaciones con el vecino del Socialismo del Siglo XXI? Y si es verdad que los cabecillas están en Venezuela, ¿por qué no mostramos las evidencias para que el mundo juzgue? ¿O es que no existen estas evidencias y estamos jugando a las adivinanzas?
Yo creo que es hora de mostrarnos fuertes y frenteros para repeler estos ataques propagandísticos y para desenmascarar tanto improperio contra la verdad y la buena fe. Las Farc ya tienen su ‘cancillería’ rodando rumbo a Europa.
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