Editorial
La Patria, Manizales
Enero 19 de 2010
Quienes han desestimado las reales posibilidades de que Hugo Chávez provoque un conflicto con Colombia, pueden ir cambiando de concepto pues nunca se había visto un presidente vecino más altanero, irrespetuoso y belicista.
El mundo, pero muy especialmente América, avanza sorprendido en medio de la cada vez más beligerante, reaccionaria, grosera e incomprensible actitud del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien de manera constante arremete verbal y administrativamente contra todo lo que es contrario o piensa distinto a él y a sus intereses de gobierno.
Se volvió reiterativo y cansón el polémico mandatario quien no contento con los alcances de su intervencionismo, disfrazado de ayuda, en países como Bolivia, Ecuador, Cuba, Nicaragua y otros más a los que trata de mantener a su favor a partir de costosas concesiones, sigue arremetiendo contra los que no han seguido su juego político.
En ese contexto Chávez, que con el paso de los años se ha atornillado en el poder a partir de polémicas decisiones y leyes que restringen las libertades democráticas y censuran los medios de comunicación, se fue con todo contra Colombia y su legítimo gobierno porque es aliado de los estadounidenses, a quienes él ve como enemigos, con quienes firmó un acuerdo militar que les permite a sus Fuerzas Armadas usar bases militares colombianas.
Pero su malestar lo ha llevado a los extremos y a ataques verbales, groseros por demás, contra su homólogo Álvaro Uribe, lo que demuestra una personalidad reaccionaria y de bandazos que ni siquiera reconoce sus equivocaciones.
Ahora en su frenesí por el control total del país, sin importarle respetar las decisiones soberanas del pueblo, el ex coronel golpista sigue nacionalizando empresas externas a su antojo bajo el delirante argumento de que abusan, especulan y se aprovechan del pueblo. Su último envión fue contra la cadena de almacenes Éxito, de la cual sus principales socios en la hermana nación son franceses, pues la parte que tienen allí colombianos es de apenas un 22%.
Con este hecho, populista como ningún otro, sumado a los demás que ha adoptado en su larga carrera en el poder, Chávez no alcanza a sacudirse de su pésima imagen de hoy, pues el país se desmorona entre graves problemas de duro impacto general como son la violencia, una incontenible y dura inflación del 28% en el 2009, un desabastecimiento de alimentos que nunca se había vivido allí y el creciente racionamiento de agua y de energía, con lo que se demuestra que no han habido políticas de desarrollo en estos sectores de servicios públicos en tantos años de gobierno suyo.
Así, quienes han desestimado las reales posibilidades de que el mandatario venezolano provoque un conflicto con Colombia pueden ir cambiando de concepto, pues nunca se había visto un presidente vecino más altanero, irrespetuoso y belicista, al punto de armar a su país como ninguno de la región, no obstante destinar el dinero que debe estar dirigido a superar la pobreza y a obras de infraestructura a una inexplicable carrera armamentista.
Después de ver todo lo que viene pasando y ha pasado con Chávez, que no se va a frenar de la noche a la mañana y que puede ser tan grave o más de lo que hoy se vive, caben las siguientes preguntas: ¿qué tanto de líder tiene el vecino mandatario, al que lo sigue un grupo importante de simpatizantes en su país? Y ¿es lo suyo el comportamiento de un tirano al que el mundo debe llevar con extremo cuidado? Para nosotros Chávez ejerce un liderazgo negativo y su tiranía es tan peligrosa como su obsesión por el apego al poder. Ojalá Venezuela reaccione contra él cuando no sea muy tarde.
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