viernes, 13 de marzo de 2009

Mirando más allá de las narices...

Por Edmundo López Gómez

El Nuevo Siglo, Bogotá

Marzo 13 de 2009

Mientras el partido conservador se ha fortalecido con su adhesión al gobierno del presidente Álvaro Uribe, el partido liberal se ha disminuido desde cuando optó por hacerle oposición a ese mismo gobierno, en contravía del consejo que diera el expresidente López Michelsen de reconocer el triunfo a quien ganó las elecciones y de entregarle, en consecuencia, las llaves de la DNL, en cuanto, para el expresidente, el origen liberal del candidato triunfante indicaba la conveniencia de proceder de esa manera.

Algunos dirigentes liberales, entre los cuales me cuento, llegamos a proponer en aquella época que se convocara un congreso extraordinario para adoptar la línea política que debía seguir el PLC después de la derrota, pero se prefirió alinearlo en la oposición a la topa tolondra, hasta el punto de que hoy, quien funge como su jefe único, se le ha ocurrido la peregrina idea de proponer una alianza con el PDA para enfrentar una segunda reelección del presidente Uribe, si ésta llegare a concretarse formalmente. 

No todos los liberales estamos de acuerdo con semejante propuesta pues no es difícil vaticinar que sobrevendría otra derrota electoral de tal magnitud que equivaldría a extenderle al PLC su partida de defunción.

En lo que a mí respecta, con criterio independiente pues no soy alzafuelles del expresidente Gaviria, he propuesto que en lugar de adoptar la estrategia políticamente equivocada que contiene la propuesta por él concebida, el PLC plantee al actual Presidente de la República un acuerdo sobre los asuntos fundamentales que exige la actual coyuntura nacional e internacional, y, sobre esa base, adoptar una acción política conjunta que le abra al liberalismo las posibilidades de regresar al poder en el año 2014. Proyección que hago si la segunda reelección del presidente Uribe se concreta finamente.
 

En esencia mi posición coincide con la asumida por el doctor Rodrigo Rivera en declaraciones y exposiciones temáticas que ha venido haciendo a lo largo y ancho del país, pero cuán importante habría sido haberla podido plantear en un congreso extraordinario del Partido, como se le solicitó a su actual director hace más de un año, pero sin que tal petición obtuviera respuesta. 

Por otra parte, resulta claro que si el presidente Uribe eventualmente decidiere no aspirar, las mayorías nacionales elegirían a quien encarne sus políticas de seguridad democrática y agite las banderas de la unidad nacional, dados los desafíos que deberá superar nuestro país ante la insoslayable realidad mundial y ante el espanto que se crearía de regresar a las épocas del Caguán donde se le causó el mayor desbarajuste institucional a Colombia. De ahí la resonancia que ha comenzado a tener el discurso de Rodrigo Rivera, quien tiene claros estos conceptos.

En síntesis, soy de los liberales que piensan que el PLC tiene futuro si hace una alianza con las políticas del presidente Uribe que con las del Polo. 

Esta posición política la expondré desde la prensa y a cielo abierto en el Departamento de Córdoba, a donde viajaré a levantar mis toldas de campaña para apoyar a quienes la abanderen en el ámbito nacional y regional.


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