lunes, 31 de agosto de 2009

¿Cómo nos fue en Unasur?

Editorial

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Agosto 31 de 2009

El viernes 28 de Agosto fue un día atípico. No era extraño ver racimos humanos en frente de los televisores ubicados en cafés, restaurantes o cualquier sitio público, seguramente muchos otras personas se quedaron en la tibieza del hogar en un plan semejante y muchos de los que no pudieron ver el espectáculo se informaron más tarde a través de los noticieros o de la chismografía local. Lo curioso es que no se trataba de un partido de la Selección Colombia, ni del final de Betty la Fea, las pantallas estaban copadas por las figuras de los presidentes suramericanos que debatían sobre el convenio suscrito entre Colombia y Estados Unidos para que personal de este último país pueda desarrollar desde bases colombianas labores en contra del narcotráfico y el terrorismo.

Una pregunta que surgió inmediatamente se dio por terminada la Cumbre y una vez se produjo la declaración final fue: ¿Quién fue el ganador? A una encuesta realizada por este diario respondieron infinidad de personas y en las horas de la mañana del domingo arrojaban un 69.1% a favor del presidente colombiano Álvaro Uribe. El diario El Tiempo, en su edición del sábado titulaba en primera página y a varias columnas “Sin condena a acuerdo con E.U.” y en general la prensa hablada y escrita del país prorrumpió en partes de victoria. Se generalizó un ambiente en el cual era patente que para gran parte de la población la dignidad nacional estuvo en juego, y en algunos casos como si se hubiera tratado de un match de boxeo.

Compartimos los sentimientos de satisfacción pues fue evidente que la Declaración no fue lesiva del honor colombiano; se introdujeron en el debate subcontinental temas de suma importancia como el compromiso de luchar conjuntamente contra los grupos ilegales y de analizar la carrera armamentista, además la presencia colombiana en cabeza del presidente Uribe y del canciller Bermúdez fue de excelente nivel, demostrando una vez más que tienen un indudable liderazgo en la lucha contra cualquier forma de delincuencia, que la posición de nuestro gobierno no tiene fisura alguna y que decisiones como la tomada respecto del Convenio, pertenecen al sagrado ámbito de la soberanía nacional, sin que sea aceptable ningún tipo de injerencia foránea.

Sin embargo, el análisis que debe hacerse una vez se superen las euforias iniciales es sobre las “agendas ocultas” que seguramente existen después de tantos incidentes y de la Cumbre misma. No en vano el mismo presidente Uribe se mostró renuente a participar en la foto oficial y evitó la proximidad en ésta de Hugo Chávez.

Fue evidente que en todos y cada uno de los mandatarios, en diferentes grados, existe alguna intranquilidad por el mencionado Convenio. ¿No sería más sano y tranquilizador si, como lo propusieron Lula y Alan García, se eliminan las causas de toda suspicacia y se acepta de buen grado la inspección del Consejo de Defensa Suramericana, lo cual sería aplicable a todo convenio internacional suscrito por algún país del subcontinente?

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