Por: Santiago Montenegro
El Espectador, Bogotá
Agosto 31 de 2009
Tenemos que celebrar que el DANE haya publicado las cifras de pobreza y desigualdad para 2008, después de dos años de discontinuidad.
El cuadro general está determinado por la pobreza del campo, que cayó tan sólo 3 puntos porcentuales, situándose en un 65% en 2008. Esta cifra es consistente con un sector agrario que ha crecido muy poco, ha generado escaso empleo y ha desplazado a muchísimas familias. Mucho más preocupante aún, la pobreza no ha bajado a pesar de la seguridad democrática, que ha aumentado la tranquilidad del campo; de los subsidios y a pesar de la protección arancelaria que ha recibido el sector agrícola. Entre tanto, en las trece grandes ciudades la pobreza cayó de 40,3% a 30,7%, mientras la pobreza extrema en estas ciudades registró un nivel de tan sólo 6,8%.
¿Está la pobreza bien medida en Colombia? En ninguna parte existe una definición perfecta, porque este es un concepto relativo y, por ello, estará siempre sujeta a discusión. Las cifras reveladas por el DANE son relativas a la llamada “línea de pobreza”, que define como pobre a una familia de cuatro miembros cuyo ingreso es igual o inferior a $1,1 millones de pesos por mes (aproximadamente cuatro dólares diarios por persona). La cifra correspondiente para estimar la indigencia es de unos $466 mil mensuales. Estas líneas son apropiadas para comparar la evolución de la pobreza y la indigencia a lo largo del tiempo, pero no son adecuadas para hacer comparaciones internacionales, porque son altas comparadas con las que tienen otros países. Por ejemplo, si se toma la línea de pobreza que define el Banco Mundial —la capacidad de compra que tienen dos dólares diarios por persona—, la pobreza en Colombia no sería de 46%, sino estaría en un rango entre un 15% y un 20%. Otro problema que tiene la actual metodología de estimación es que no se tuvieron en cuenta los subsidios que reciben los hogares, como los de Familias en Acción y los de las cajas de compensación. Dos miembros independientes del equipo técnico que ayudó al DANE a estimar estas cifras me indicaron que, teniendo en cuenta los subsidios, la pobreza sería no del 46%, sino de un 33%.
Finalmente, existe un problema, no de medición, sino de políticas públicas, que es muy grave. El reporte de
No hay comentarios:
Publicar un comentario