Por Diana Sofía Giraldo
El Nuevo Siglo
Agosto 28 de 2009
En estos tiempos los colombianos caminan entre signos de interrogación y sin respuestas satisfactorias.
¿Por qué tiene el país que ir a reuniones de Unasur a explicar temas que son de su competencia exclusiva como país soberano e independiente?
¿Por qué el Presidente debe correr las capitales suramericanas dando explicaciones sobre asuntos internos, inflados artificialmente por unos vecinos que, como dicen los jóvenes, “decidieron montárnosla?
¿Por qué debemos soportar las permanentes agresiones verbales de Chávez por cualquier pretexto o sin pretexto alguno?
¿Por qué debemos atender con “prudente cautela” las reclamaciones de Ortega que cuando tiene complicaciones domésticas en su país alega qué es suyo lo que todos, empezando por él, saben muy bien que es nuestro?
¿Por qué atender el coro que orquestan contra nosotros los promotores del socialismo del siglo XXI que, por lo visto, tienen como primer punto de su programa insultar a Colombia para exasperarla y desacreditar su democracia?
¿Por qué la guerrilla colombiana se refugia cruzando las fronteras, la situación se prolonga por años de años y cualquier reclamo, o la simple mención de su presencia al otro lado de la línea, enciende el ambiente con alaridos de protesta?
¿Por qué si aparecen en poder de la guerrilla armas sofisticadas que un fabricante sueco le vendió a Venezuela, no hay reclamos de las ONG suecas y sí escándalos de nuestros vecinos, en cambio de explicaciones?
¿Por qué nadie pregunta por las enormes compras de armamento que sigue haciendo el gobierno venezolano?
¿Por qué Unasur no se conmociona cuando hay maniobras de Rusia en aguas suramericanas?
¿Por qué los norteamericanos mantienen por años la base de Manta, en el Ecuador, sin que nadie diga nada y en cambio se forma semejante alboroto por un acuerdo con los Estados Unidos para usar instalaciones colombianas?
¿Por qué cuando Ecuador baja el tono, lo sube Venezuela y cuando ésta lo baja Ecuador lo sube?
¿Por qué las diferencias políticas se trasladan inmediatamente a las relaciones comerciales?
¿Por qué si no nos sumamos al coro del Socialismo del Siglo XXI dejan de venderle gasolina a las zonas fronterizas?
¿Por qué la amenaza contra empresas que operan en Venezuela con capital colombiano?
¿Por qué los anuncios de intervención del presidente Chávez en la política interna de Colombia?
¿Por qué anuncia su alianza con movimientos políticos colombianos y éstos callan y el país calla?
¿Por qué en varias ocasiones el presidente Chávez habla de “guerra” y de “ir a la guerra” y la comunidad internacional no se da por enterada?
¿Por qué Chávez, hablando de la guerra, dice desafiante “creen que no me atrevo” y la comunidad internacional y la adormecida opinión pública colombiana siguen mudas como si de verdad creyeran que no se atreve?
¿Por qué pasamos de ser un país unánimemente respetado en el mundo, a ser el saco de golpes de todo el que quiera notoriedad o necesite distraer a su gente de los problemas domésticos?
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