Rocío Vélez De Piedrhita
El Colombiano, Medellín
Agosto 28 de 2009
En el día de ayer se le rindió un homenaje al doctor Jaime Restrepo Cuartas; no por las múltiples actividades que merecerían el reconocimiento -su trabajo como médico, como rector de la Universidad de Antioquia o como escritor-, sino específicamente por tres leyes de su autoría que logró que fueran aprobadas por el Congreso, y que le han merecido el calificativo de "el congresista de los proyectos sociales". En síntesis las leyes son las siguientes.
1. La Ley 1122 que reforma la Ley 100 del 93, uno de cuyos puntos fundamentales es la creación del Cres -Comisión de Regulación en Salud-. Esta Ley considera que a la Ley 100 le faltó promoción, fue deficiente la información, deterioró la calidad del servicio médico, fue grave la facilitación de casos demasiado frecuentes de corrupción, falta de vigilancia y control y sobre todo, queja mayoritaria entre los médicos, se dio una pérdida de la dignidad de su profesión. Primaron los factores económicos sobre la calidad médica, se asignó determinado tiempo -muy poco- para cada paciente, lo cual deteriora -¿acaba?- la relación entre el médico y el enfermo que, en este caso con toda razón, se llama 'paciente'.
Además, en su propuesta para la nueva ley el doctor Restrepo Cuartas incluyó una mejor atención a la población pobre.
2. La Ley 1286 sobre Ciencia, Tecnología e Innovación, parte de la idea de que "La ciencia, tecnología e innovación son los motores del desarrollo económico y social de un país en el mundo moderno". Esta Ley busca no solo crear industrias nuevas, sino fortalecer el desarrollo productivo, sostenible a largo plazo. Considera que nuestro modelo es de poco valor agregado, la productividad es oscilante, hay poca competitividad, el desempleo es alto y la pobreza ¡cercana al 50%! El doctor Restrepo quiere que se eleve la categoría de Colciencias, disminuir la brecha entre regiones incentivando la iniciativa regional, pensando que la investigación debe desarrollarse sobre la base de fortalezas regionales; mejorar la distribución de los recursos. La ambición de esta Ley es grande, pero el solo hecho de que haya sido aprobada es un primer paso.
3. Por último, debe destacarse la Ley 1295 que se ocupa de la atención integral a la primera infancia en niños de niveles 1, 2 y 3 del Sisbén, enfatizando la idea de Solina Gallego - quien, cuando a nivel gubernamental ni se hablaba de ese tema, fue pionera con la fundación Carla Cristina- de que "a los seis años es demasiado tarde".
Aparte de que en Colombia mueren 5.000 niños al año de desnutrición, es grande la deserción escolar, urge mejorar la calidad en la educación y el apoyo psicológico, los métodos modernos, la atención personalizada. Y un aspecto que me llama principalmente la atención: el énfasis que se hace en el lenguaje, considerado como fundamental para alcanzar una satisfactoria calidad educativa. El niño que no sabe hablar, en kínder no entiende lo que enseña la maestra, en bachillerato no entiende los textos, en la universidad no puede sustentar en forma clara sus trabajos y, cuando va a pedir trabajo, no sabe presentarse, ni explicar qué quiere, qué sabe, a qué aspira.
El informe sobre el empeño del doctor Restrepo en este campo de la educación durante los primeros años, trae esta frase de Rudyar Kipling: "Dame los primeros seis años de vida y te daré el resto".
Es una ventaja que en el Congreso, para abrirles campo a las interminables discusiones meramente políticas, estas leyes que favorecen a todos los ciudadanos y al país, pasen sin mayores discusiones, cuando se presentan bien y se comprueba que su financiación está asegurada.
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