sábado, 29 de agosto de 2009

Que entre el diablo y escoja

Jaime Alzate Palacio

La Patria, Manizales

Agosto 29 de 2009



No hay mal que dure cien años, y pronto veremos al pueblo venezolano desapareciendo al sátrapa de la faz de su país.


Es tal el cúmulo de acontecimientos que han ocurrido esta semana y los que por su carácter de enorme importancia están por suceder que realmente uno no sabe por dónde empezar, para no dejar de lado los que tienen que ser resaltados por su carácter definitivo, y que marcarán el derrotero de la suerte de nuestra patria en un futuro inmediato.


Desafortunadamente los escribidores de columnas de opinión tenemos que hacer mucha futurología, porque en este artículo no voy a alcanzar a comentar uno de los hechos que tienen en vilo a la opinión mundial y es la reunión de Unasur promovida por los tres desagradables -por decir lo menos- presidentes, que con su deseo de extender sus políticas socialistas, obsoletas y antipatrióticas, han puesto en la mira de sus destructores objetivos en primer lugar a Colombia, para de allí, seguir contagiando a los países vecinos, que quizás no tiene la misma capacidad de defensa que tenemos nosotros y tratar de terminar como lo hizo Castro en Cuba, llenos de miseria y represión, sin ninguna clase de libertad y mucho menos de progreso.


Ni el presidente Uribe ni su Ministro de Relaciones son algunos pintados en la pared, y estoy seguro que el hecho de haber aceptado enfrentarse en la jaula de las hienas, indica que van lo suficientemente preparados para darles una lección de dignidad, valor y patriotismo a los vociferantes y vulgares individuos que, como el teniente coronel, cimientan su poder amenazando no sólo a la oposición gigantesca que internamente se le ha creado en su país, o a países vecinos como Perú y el nuestro, sino a los mismos Estados Unidos al cual le deben históricamente el haber podido vivir como ricos, gozando a manos llenas de los ingresos que les dan sus recursos naturales y el cual algún día se hastiará de tantos insultos y, como lo hemos visto en Internet, con una sola de sus flotas los puede aplastar como cucarachas. Lógicamente aquí me refiero a todo ese gobierno corrupto y ególatra de Chávez, porque el pueblo venezolano, a pesar de algunos traspiés ocurridos en el pasado sigue siendo, si no nuestro hermano, porque me parece un eufemismo, sí un vecino con quien hemos aprendido a convivir desde los principios de nuestra historia, y a quienes hoy nos quiere enfrentar en una guerra macabra un peligroso demente.


Al publicarse esta columna ya tendremos, o muy claro o muy oscuro el panorama, porque lo primero que hará el demente al sentirse derrotado es completar su intención de romper relaciones con nosotros en una actitud que nadie en el mundo civilizado comprende, pero que, como les pasa a los pacientes siquiátricos, le ayuda a contener sus desaforados ímpetus de monarca emperador al creer que el mundo le debe pleitesía.


Vuelvo y repito lo que tantas veces he dicho: de malas Colombia con los vecinos que le tocó aguantarse en esta época de su historia; pero no hay mal que dure cien años, y pronto veremos al pueblo venezolano desapareciendo al sátrapa de la faz de su país.


Entonces el escondedero natural, no será Cuba, si sale vivo, sino que tendrá que ir a refugiarse donde el analfabeto de Nicaragua o donde el prepotente de Ecuador, porque en Bolivia se moriría de frío arropado con la ruana del tal Evon.


Finalmente, tengo que confesar que me muero de la vergüenza tener que llamar colombianos a traidores de la patria como Jaime Dussán y algunos integrantes del Polo y de otra pandilla de malandrines que andan por allí, quienes en el colmo de la desvergüenza se han hecho nombrar como representantes del chavismo en un país que como el nuestro, está siendo ofendido de tal manera. ¡Que entre el diablo y escoja¡


P.D.: Hace cuarenta años vivo enamorado de la misma mujer ¡Si mi esposa se entera me mata!

No hay comentarios: