lunes, 31 de agosto de 2009

La medición de la pobreza

Por Esteban Piedrahíta Uribe *

El Tiempo, Bogotá

Agosto 30 de 2009

¿Qué dicen, y qué no, los resultados de pobreza que entregó la misión independiente de expertos?

La actualización de las series de pobreza, pobreza extrema y desigualdad presentadas por la Misión independiente de expertos convocada por el Dane y DNP muestran que entre el 2002 y el 2008 hubo una reducción de casi 8 puntos porcentuales en la tasa de pobreza en Colombia, de 53,7 por ciento a 46,0 por ciento, y, en menor medida, de la indigencia (de 19,7 a 17,8 por ciento), mientras que la desigualdad se mantuvo inalterada. Esto significa que, en el período, cerca de 3,3 millones de personas salieron de la pobreza en Colombia, aunque se registró un aumento del número de pobres extremos entre el 2005 y el 2008 atribuible en un 80 por ciento al gran incremento global del precio de los alimentos.

La medición que entregaron los expertos usa el método tradicional de línea de pobreza, que califica a una persona como pobre si no cuenta con los ingresos suficientes para acceder a una canasta básica de bienes y servicios. Estos ingresos son básicamente los ingresos primarios; es decir, los ingresos laborales y las rentas de capital. Las transferencias sólo están recogidas parcialmente. Por ejemplo, los subsidios de alimentación en especie que cada día entrega el Gobierno a más de 6,5 millones de niños y a casi medio millón de ancianos, no están recogidos en esta medición.

No tomar en cuenta estos subsidios afecta principalmente la medición de la indigencia, ya que esta se calcula con base en un ingreso (466.280 pesos mensuales para una familia de cuatro miembros) por debajo del cual se supone que las personas del hogar no logran consumir los requerimientos nutricionales básicos.

No es lo mismo un nivel de indigencia del 17,8 por ciento, cuando 17,3 por ciento de la población recibe asistencia alimenticia. Parte de los hogares que se encuentran en situación de indigencia de acuerdo con sus ingresos, alcanzan sus requerimientos nutricionales diarios con los subsidios de alimentación del Gobierno.

Los programas del Gobierno para la población pobre y en pobreza extrema se han fortalecido sustancialmente en los últimos años, pero los cálculos de pobreza e indigencia no los capturan adecuadamente. Un estudio reciente del DNP muestra que los subsidios monetarios de programas como Familias en Acción implican una reducción de 1,5 puntos porcentuales en la indigencia en el 2008, y que los subsidios a la demanda (régimen subsidiado de salud, gratuidad educativa), aunque más difíciles de traducir en mayor ingreso/menor gasto para la población pobre, podrían tener un impacto adicional de reducción de la pobreza de hasta 12 puntos porcentuales.

De otra parte, las cifras que entregó la misión de expertos no permiten hacer comparaciones sencillas con otros países. Las líneas de pobreza y pobreza extrema varían de país en país, dependiendo de sus condiciones y convenciones particulares (no es lo mismo ser pobre en Suecia que en Burkina Faso). A manera ilustrativa, la línea de pobreza de Colombia es, según el Banco Mundial, de 6,13 dólares diarios por persona, ajustados por paridad del poder adquisitivo, frente a 3,40 dólares en Chile y 2,08 dólares en Ecuador. A líneas más altas de pobreza e indigencia, necesariamente mayores niveles de estos indicadores.

Finalmente, hay que aclarar que existen diversas aproximaciones a la medición de la pobreza: esta puede ser por carencia de ingresos (en relación con líneas de pobreza e indigencia); por brechas en la satisfacción de necesidades básicas (NBI); o por oportunidades en materia de educación, salud, etc. (ejemplo, Índice de Desarrollo Humano -IDH-).

Aparte de estos, existen además métodos subjetivos de medición, basados en la percepción de las personas en materia de su propia condición socioeconómica.

El desafío principal de la Misión de Expertos en su segunda fase de trabajo es actualizar la metodología e institucionalidad de la medición, seguimiento y análisis de indicadores de pobreza en Colombia para incorporar los últimos avances internacionales en la materia.

Más importante aún: la estrategia más estructural e integral del Gobierno para la lucha contra la pobreza extrema en Colombia, como es la Red Juntos, no implica a corto plazo un aumento del ingreso monetario de los hogares.

Sin embargo, sí implica más infantes con nutrición y cuidado preescolar, más jóvenes con acceso a capacitación, mayor acceso a servicios microfinancieros, y hogares con mayor acceso a vivienda y servicios públicos de calidad.

Estos cambios aumentarán las capacidades de la población en pobreza extrema y sus posibilidades para superar la pobreza, de manera sostenida y sin depender de subsidios estatales permanentes.

* Director General del Departamento Nacional de Planeación

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