sábado, 29 de agosto de 2009

Triunfa la diplomacia

Editorial

La Patria, Manizales

Agosto 29 de 2009


Colombia no solo dio cátedra de que apegarse a la diplomacia da resultados efectivos, sino que se mantiene como miembro de Unasur, con condenas serias de sus integrantes contra los males que amenazan extenderse a la región.

Si de éxitos diplomáticos hay que hablar, lo acontecido con Colombia en la Cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se realizó ayer en Bariloche (Argentina) se lleva todos los reconocimientos posibles.

No era un escenario fácil al que se exponía el presidente Álvaro Uribe toda vez que durante 17 días (desde la Cumbre pasada en Quito) el bloque bolivariano de esta parte del continente se casó con la tesis del mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, de que el acuerdo con Estados Unidos (EE.UU.) para la utilización de bases colombianas por militares de la potencia norteamericana es una amenaza para la región, y así lo machacó hasta ayer.

Por eso el ambiente comenzó tenso y quien se jugó el todo por el todo fue el mandatario nacional que con la muestra de las atrocidades que en el país cometen las Farc y los narcotraficantes, que son uno solo, justificó el convenio con la potencia mundial, advirtiendo que es de apoyo exclusivo a la lucha contra las drogas y contra el terrorismo.

Después quedó en evidencia la estrategia de los "hermanos bolivarianos", Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, con algo de inclinación de la Presidente de Argentina, Cristina Fernández, que pidieron la condena del acuerdo. Pero como en un juicio apareció la parte más realista, los moderados Alan García, Michel Bachelet, Tabaré Vásquez, Fernando Lugo y Luiz Inacio Lula, quienes se mostraron respetuosos de los acuerdos que suscriban los países.

En medio de la alta carga emocional apareció el presidente brasilero que hizo uso del protagonismo que se le reclama. Fue directo al insistir en que se necesita respeto en la región y frente a los demás, así existan divergencias, pues para lograr consensos no es posible si se apela a los ataques, a las descalificaciones y los insultos.

Lula fue el que después de largas intervenciones, en una actitud enérgica y directa, llamó al orden y puso los puntos donde debían ir. Dijo que no se podían repetir los ataques y pidió buscar una declaración final pues de lo contrario se entendía como si se hubiera perdido el tiempo dando vueltas sobre el mismos asunto.

Así se acabaron la retórica y las descalificaciones y se dio paso a la redacción del documento que dejó a nuestro país ganador pues no se le condenó por el acuerdo con EE.UU., que era lo que buscaban Cháves y sus amigos bolivarianos, mientras sí quedó establecido el rechazo al terrorismo y al narcotráfico, y el compromiso regional de luchar contra esos males. La única referencia al acuerdo colomboestadounidense es que desde suelo nacional no se permitirán la agresión ni la invasión de otros países.

Dentro de otros aspectos por destacar están: el cambio de actitud de Rafael Correa hacia Uribe, lo que el mandatario colombiano supo aprovechar pues de nuevo ofreció perdón por el ataque en suelo vecino contra el campamento de 'Raúl Reyes'. Esto supone avanzar en los acercamientos para restablecer las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador. Otro, es que se logró el rechazo suramericano contra las Farc y contra el narcotráfico. Y uno más es que por la firmeza de Uribe contra los agravios de Chávez, se cuestionó la pretensión de intervencionismo político de un país en otra nación.

Pocos le apostaban a que el presidente Uribe saliera bien librado de esta cumbre extraordinaria pues creían que se había asistido más por obligación que por necesidad y convicción. Ahora no solo nuestro país dio cátedra de que apegarse a la diplomacia, sin descomponerse, da resultados efectivos, sino que se mantiene como miembro de Unasur, con condenas serias de sus integrantes contra los males que enquistados en Colombia amenazan extenderse a la región. Ojalá este final sirva para que Venezuela cambie de actitud, aunque esa sea la más grande de las incertidumbres.

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