Por Pablo Leyva
El Tiempo, Bogotá
Agosto 29 de 2009
Los pronósticos climáticos indican que está en curso el fenómeno del 'Niño'. Debido al esfuerzo científico mundial, por la preocupación por el cambio climático, se empieza a conocer la historia del clima. Los escenarios reconstruidos permiten afirmar que la incorporación masiva de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, afecta el clima y que existe una relación estrecha entre las dinámicas climáticas y la evolución de los ecosistemas terrestres. También, que la relación océano-atmósfera es un determinante del clima. Actualmente se estudia cómo el cambio climático afecta al 'Niño': es posible que un planeta más caliente lo acentúe.
Procesos naturales complejos y sutiles posibilitan la vida en la Tierra; cuando se alteran, pueden convertir el planeta en un lugar no apto para la vida. El fenómeno del 'Niño' o ENSO, como se denomina técnicamente, es uno de los mecanismos océano-atmósfera que tienen importantes efectos sobre el clima y los ecosistemas terrestres y marinos. Con el evento en curso, se puede pensar que tendremos una alteración en el clima de todo el territorio nacional e importantes consecuencias sobre el abastecimiento de agua. Estas alteraciones no se manifiestan de manera uniforme; tienen mayor relevancia en el norte del país y en la región montañosa, y menor en el Pacífico y la Amazonia.
Urge plantear una estrategia de adaptación frente a los impactos y efectos del 'Niño'. Existen trabajos, documentación y conocimiento para no improvisar en escenarios como: el desabastecimiento de agua en algunos municipios, los incendios forestales, las pérdidas de cultivos, las epidemias y la reducción del suministro de energía.
El sistema energético nacional es ahora menos vulnerable ante eventos climáticos, pero vale la pena asegurarse para no sufrir otro apagón. Se pueden contrarrestar algunos efectos socioeconómicos con inversiones en infraestructura y en frentes sociales.
Es necesario tener una política (Conpes) para enfrentar el 'Niño'. Reforzar los mecanismos de seguimiento del fenómeno y sus consecuencias y mejorar el sistema de alertas para la prevención y atención de desastres. Se debe aprovechar toda la experiencia del país sobre el tema: manejar la información con veracidad y oportunidad, comprometer a la población en el manejo de las eventualidades y tomar las medidas necesarias con el fin de minimizar los impactos que afectan la economía, los ecosistemas y, en especial, a los sectores más vulnerables de la población.
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