domingo, 30 de agosto de 2009

Por supuesto que me preocupa

Por Victor Hugo Malagón

El Nuevo Siglo

Agosto 30 de 2009

DESDE EL CENTRO

ME preocupa el intervencionismo atrevido y descarado de Hugo Chávez en el continente y especialmente su reciente arremetida contra nuestro país. Me preocupa el servilismo humillante de algunos políticos colombianos especialmente los del Polo Democrático que han visto en esta nueva crisis una oportunidad para sus intereses electorales, bien mediocres por cierto. Por supuesto que me preocupan las actuales posiciones de la izquierda más feroz de América Latina que se ha dedicado a incendiar el continente desde mediados del siglo XX en cabeza del dictador cubano a quien Chávez aspira a suceder como el símbolo más visible de las, bien trasnochadas, tesis del marxismo comunista y colectivista que aún respiran con dificultad (como Castro) en la realidad del mundo. Por supuesto que me preocupa que Castro, ese hombre que en una supuesta revolución por la libertad le ha negado la libertad a Cuba por más de medio siglo; ese hombre que logró que el mundo estuviera más cerca de una guerra nuclear en el famoso episodio de la crisis de los misiles rusos; ese hombre que financió y apoyó la subversión en América Latina que deterioró en terrorismo; ese hombre que fue durante años el mejor ejemplo de servilismo frente al intervencionismo soviético en la región; venga ahora a darnos lecciones de pulcritud y moderación política en la región arropando la temeraria campaña chavista que intenta imponer la perversa propuesta de “socialismo del siglo XXI” en todo el continente; por supuesto que todo esto me preocupa.

A pesar de ello, debo decir también que en el fondo me reconforta la evidencia de que la esquizofrenia y la bajeza demostradas de sobra por el dirigente venezolano han generado fuertes resistencias en los pueblos de la región que no quieren que el modelo de privación de libertades fundamentales que hoy vive la hermana nación venezolana se repita en la mayoría de realidades de la región. Sólo aquellos gobiernos débiles que se han sometido a las seducciones ideológicas y petroleras que caracterizan a la política chavista en la región, aplauden y aceptan las propuestas totalitarias e intervencionistas del régimen mal llamado “bolivariano”. Esta esperanza me reafirma en la idea de que cualquier intervención chavista en nuestro país alejará claramente a sus propuestas e intenciones de cualquier posibilidad real de poder en Colombia. Una vez más la miopía de la izquierda política en nuestro país prefiere la exposición mediática y las estrategias de oportunismo que comprometen los intereses superiores de la Nación en lugar de trabajar en propuestas viables para la salida eficaz de los delicados y urgentes problemas que siguen aquejando a nuestra sociedad. No podemos permitir que las propuestas ideológicas contrarias a la Libertad tengan fuerza en Colombia y sigan fortaleciéndose en la región.

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