La pugna por la Federación

Editorial

La Patria, Manizales

Agosto 23 de 2009

Tan importante es la unión entre los diferentes comités del país, sin descalificaciones ni rencores, como el trabajo armónico con el gobierno nacional. El café es el cultivo con mayor impacto social en Colombia y la dirigencia del gremio tiene que continuar por la senda de modernización que se ha venido impulsando.

Hacía mucho tiempo la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (Federacafé), el más grande y poderoso de los gremios del sector agroindustrial del país, no acaparaba durante semanas enteras la atención nacional por un asunto como la escogencia de su gerente general, en parte porque se estrenó un nuevo mecanismo democrático que permitió que todos los comités de cafeteros del país intervinieran directamente en el proceso de escogencia del gerente.

Aunque el procedimiento de elección de la terna de candidatos que el Comité ejecutivo le presenta al Congreso Cafetero no ha cambiado, y está claramente definido en los estatutos de la Federación y en el contrato de administración del Fondo Nacional del Café, es la primera vez que los 15 comités de cafeteros pueden proponer candidatos en el seno del Comité, según ponderación que se realiza de acuerdo con la producción de cada departamento.

Según esos mismos estatutos, el Gobierno tiene tantos votos como la suma de los de todos los cafeteros, además de que tiene cuatro representantes en el Comité presididos por el Ministro de Hacienda. Es decir, es legítimo y estatutario que el gobierno participe en la elección del gerente de la Federación, pues este ente administra recursos públicos representados en el FNC. Es elemental entonces que pretenda que a la cabeza del gremio esté alguien de su entera confianza.

Entre los aspirantes a suceder a Silva Luján, todos propuestos por los mismos cafeteros, hay personas con merecimientos y capacidades suficientes para asumir tan delicada labor. Mario Gómez, quien luego declinó a favor de Juan Camilo Restrepo, Hernán Román, representante del comité de Nariño, y Luis Genaro Muñoz, el actual gerente encargado de la Federación. De ese grupo, el gobierno eligió a Muñoz como la persona en quien mejor quedarían encargados los intereses del sector.

Luego, como ha sido tradicional en el procedimiento, se conformó una nueva terna, encabezada por Muñoz y acompañada por otras dos personas con un papel más decorativo que con posibilidades reales de ser elegidos. Así, Luis Guillermo Echeverri, representante de Colombia ante el BID e hijo de Fabio Echeverri, y Juan Guillermo Ángel, consejero del gobierno para los departamentos de San Andrés y Chocó, completan el grupo del cual el Congreso Nacional Cafetero del próximo 27 de agosto votará el nuevo gerente.

En el camino han quedado heridas que son normales en un gremio que se ha abierto hacia una mayor participación democrática, pero que con grandeza habrá que superar. Tan importante es la unión entre los diferentes comités del país, sin descalificaciones ni rencores, como el trabajo armónico con el gobierno nacional. El café es el cultivo con mayor impacto social en Colombia y la dirigencia del gremio tiene que continuar por la senda de modernización que se ha venido impulsando.

Hay consenso en que la persona que llegue a tomar las riendas del gremio debe continuar con el proceso que inició con éxito Gabriel Silva Luján, hoy Ministro de Defensa, pues la caficultura necesita profundizar su renovación, no sólo de los cultivos y la manera de comercializar el grano, sino de sus mismas formas de explotación económica.

Lamentamos sí que en el caso de Caldas, que además de contar con Ministro de Hacienda tenía dos buenos candidatos para el cargo, sus aspiraciones se hayan frustrado en el proceso, pero entendemos que más allá de regionalismos debemos apoyar una gestión que apunte con equidad al bienestar de todos los cafeteros.

Así, con las cartas jugadas, insistimos en la importancia de mantener la solidez institucional del gremio que tanto bien le ha significado al país y a los productores. La Federación ha sido el estandarte con el cual se ha llevado sustento y apoyo a miles de familias campesinas en este país. La responsabilidad de mantener la institución por encima de las coyunturas electorales es fundamental para el futuro gremial.