jueves, 10 de septiembre de 2009

Gracias, señor presidente

Por Rafael Gómez Martínez

EL Nuevo Siglo

Septiembre 10 de 2009

Señor presidente Uribe: muchas gracias por defender la dignidad del pueblo colombiano. Por asumir los costos que tiene la vida pública con la honradez y sencillez que lo caracterizan. Por enderezar el camino de una Nación que era inviable hace 8 años. Por permitir que la gente de Villavicencio volviera a creer en su país.

Una región azotada por la violencia engendrada por el peor enemigo que tiene la humanidad del siglo XXI como lo es el narcotráfico. Gracias por demostrarles a los colombianos que solamente la perseverancia en las convicciones personales da la tranquilidad de conciencia al espíritu del ser humano.

La II Guerra Mundial marcó el fin de una era y el comienzo de la hegemonía por parte de EE.UU. Chávez se refiere al imperio pero lo que Chávez no entiende es el por qué se da ese imperio. La nación norteamericana se da porque permite el desarrollo de la libertad individual como elemento esencial de su sistema económico y ello impulsa su hegemonía, su primacía.

1989, con la caída del Muro de Berlín, marcó el fin del comunismo pero sus exponentes en nuestro continente todavía creen en este sistema que castró la libertad individual y de los seres humanos todavía es un ejemplo a seguir.

El atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York marcó otro punto de inflexión en la historia del mundo occidental. Nueve años después no tenemos la claridad sobre las razones del por qué, ni del para qué, de este macabro hecho donde murieron más de 6.000 personas en menos de dos horas. Parece ser que existe una facción del mundo musulmán que quiere reivindicarse con la historia. Tal vez ese sea el origen de ese atentado contra el símbolo de la libertad económica mundial. Debemos estar alertas porque en nuestro continente se comienzan a mostrar unos síntomas muy preocupantes de esa reivindicación. Ni el mismo Chávez es consciente de la amenaza que él mismo engendró con tal de alcanzar su objetivo.

En nuestro continente están vivas estas amenazas. La pérdida de las libertades individuales y la imposición de creencias a como dé lugar. Sobrepasando todas las instancias democráticas. Aplastando a la oposición y cerrando medios de comunicación. Quemando libros para imponer doctrinas como sucedió durante el régimen nazi.

Señor presidente Uribe: usted es un ser digno de admirar. El pueblo colombiano le sabrá agradecer su dedicación y por sobre todas sus cualidades, la perseverancia en sus convicciones. La incomprensión que manifiesta nuestro continente frente a las realidades mundiales nos llevará a un aislamiento frente al mundo actual. Si perdemos las libertades individuales el pueblo latinoamericano llorará su suerte.

La región latinoamericana parece haberse aislado de la realidad mundial. Ese aislamiento tendrá unas repercusiones y costos sociales muy altos. Es muy probable que Montaner tenga razón: también vamos a perder el siglo XXI.

Señor presidente Uribe: gracias por defendernos.

Puntilla. La historia le reconocerá a usted un lugar de honor entre los estadistas que más han luchado en defensa de la libertad.



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