martes, 15 de septiembre de 2009

La piedra en el zapato

Editorial
La Patria, Manizales

Septiembre 14 de 2009



Los medios que han tenido que soportar las amenazas de delincuentes, políticos corruptos y gobiernos dictatoriales ahora tienen también que cuidarse de los propios gobiernos supuestamente democráticos.

Según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en los últimos días ha recibido numerosas denuncias de atentados, agresiones y amenazas contra medios y periodistas en Brasil, Ecuador, Honduras, México y Venezuela; así como sobre la polémica en torno a leyes de comunicación en Argentina y Ecuador. Son algunos países en los que los gobiernos de manera directa o velada vienen atemorizando a los medios de comunicación y a los periodistas por considerar que se extralimitan.


Ya la SIP ha llamado la atención en varios momentos sobre la necesidad de que se respeten las garantías para el trabajo de los periodistas en estas naciones y ha advertido a los distintos gobiernos para que moderen su lenguaje contra los medios, pues con su verbo beligerante provocan violencia, como ya sucedió en Venezuela con una de las líderes populares más polémicas y reconocidas del gobierno de Chávez.


El más reciente caso se presentó la semana pasada en Argentina, cuando directivos del grupo Clarín recibieron la visita de unos 200 inspectores de impuestos, justo el mismo día en que denunciaban la entrega de un subsidio de 10 millones de pesos argentinos a una firma ganadera cercana al Gobierno, sin que pasara por la oficina de impuestos. Esto se da en medio de una polémica iniciada desde que este medio se ha puesto más crítico con la administración Kirchner.


A esto se suman las 29 emisoras que cerró en días pasados el gobierno Chávez en Venezuela y las casi 150 que se dispone a clausurar en los próximos días, más el cierre de la cadena RCTV y los continuos ataques contra Globovisión. A pesar de los llamados de la Comisión Interamericana de derechos Humanos y de la Relatoría para la Libertad de Expresión ese gobierno hace caso omiso y sigue adelante con su régimen instigador.


Por su parte, el Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llamó a cerrar filas contra los medios, a los que acusó de caja de resonancia de los enemigos de su proyecto popular. Por su parte, el presidente Rafael Correa en su discurso de posesión de su segundo mandato anunció que legislará contra los medios, similar a lo que pasa en Argentina.


Los medios que han tenido que soportar las amenazas de delincuentes, políticos corruptos y gobierno dictatoriales ahora tienen también que cuidarse de los propios gobiernos supuestamente democráticos, que olvidan que es la libertad de expresión la primera garantía para poder ejercer la democracia, y que la única manera de combatir los males de esta es con más democracia, como lo plantea Alfred E. Smith.


Con estas medidas intimidatorias y represivas se viola la Convención Interamericana de Derechos Humanos que advierte: "La libertad de expresión no puede restringirse por vías o medios indirectos, especialmente por los monopolios del Estado o privados o de prensa, las frecuencias radioeléctricas, las herramientas o el material de difusión o por cualquier otra medida que tenga por fin obstaculizar la comunicación y la circulación de ideas y opiniones".


El próximo viernes la SIP realizará en Caracas el Foro de Emergencia sobre Libertad de Expresión, con el fin de tratar "el creciente nivel de hostigamiento y violencia que se ha venido registrando en varios países en las últimas semanas, con el agravante de que se están dañando los sistemas democráticos que requieren de una prensa libre y sin ataduras”, según palabras de su Presidente, el colombiano Enrique Santos.

Es momento de que la sociedad entienda que la libertad de prensa es imprescindible en la defensa de la democracia. Sin la libre expresión de la ideas, difícilmente se podrán construir consensos, pues solo quedará atenerse a las imposiciones. No se está amenazando aquí el poder de los dueños de los medios, se pone en peligro la democracia.

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