Por Víctor Hugo Malagón
El Nuevo Siglo, Bogotá
Septiembre 13 de 2009
Lamentable intentar corresponsabilizar al Estado de un delito como el secuestro cometido con deliberación y alevosía única y exclusivamente por grupos terroristas como las Farc; ahora resulta que el Estado, cuya función es precisamente evitar que los violentos comentan nuevos plagios, tiene que someterse a los chantajes y manipulaciones de los terroristas por las falsas intenciones humanitarias de un grupo de politiqueros que tiene extraños y oscuros nexos con los violentos.
Mientras que la credibilidad en la política se deshace en medio de la maraña sucia y corrupta representada en los nexos con grupos al margen de la ley, el clientelismo, el cohecho, el “voltearepismo”, la traición, la intriga, el tráfico de influencias, entre muchas otras situaciones, unos grupúsculos aprovechan la marea revuelta para apropiarse indebidamente de las banderas de la libertad para los secuestrados pero a cambio de la seguridad del Estado, cohonestando con los deseos de los terroristas y poniendo en riesgo no sólo a la institucionalidad sino a la vida misma de los plagiados convirtiéndolos en moneda de cambio y ayudando a pisotear su dignidad humana.
Lamentable entonces que en vez de rodear a nuestro gobierno en temas suprapartidistas como la seguridad y la política antiterrorista y antisecuestro, ese grupo de colombianos y colombianas esté feriando la dignidad de nuestro pueblo al mejor postor. Me río una vez más de estos mal llamados “progresistas” latinoamericanos tan afines a los regímenes más represivos y adversos a
Senadora Córdoba, quienes perpetúan el dolor de los secuestrados son los terroristas de las Farc, sus cómplices, sus compinches, sus defensores y sus simpatizantes quienes (a pesar de muchos) tendrán que responder tarde o temprano por los crímenes contra la humanidad ante los organismos penales internacionales; el resto de colombianos de bien con el Presidente a la cabeza seguiremos rechazando todo tipo de complicidades con el terrorismo y el secuestro.
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