Por Saúl Hernández Bolivar
El Mundo, Medellín
Septiembre 7 de 2009
Mientras el presidente-dictador de Venezuela se eterniza en el poder gracias a que todos los organismos de representación y control le son de bolsillo —por lo que muy poco importa si el electorado realmente vota por él o no—, el Presidente de Colombia tiene el favor de la inmensa mayoría pero la animadversión de casi toda la clase política, por lo que los inconvenientes de la reelección no están en las urnas sino en los recovecos legalistas. Esto va desde la actuación de
Un mes atrás, la oposición estaba de plácemes porque el Gobierno había perdido el control de sus mayorías en el Congreso, pero ahora cunde el desespero luego de que el Senado y
En primer término se arguye una necedad: que esta modificación de
En un artículo anterior (El Tiempo, 26-05-2009), expresé que si la reelección es inconstitucional, habría que preguntarse si no lo fue el suplantar
Y traje a colación varios conceptos que en ese entonces primaron en la discusión en el seno de
Por otro lado, se habla de anomalías en la recolección de las cuatro millones de firmas avaladas por el Consejo Nacional Electoral. Pero lo sustantivo es que las firmas no se compraron, la gente firmó a plena luz del día de manera absolutamente voluntaria, cosa que no merece dudas dada la popularidad del Presidente y el hecho probado de que aquí no se le niega una firma a nadie. Las irregularidades sobre la financiación son un tema que compromete sólo al Comité que recolectó las firmas y constituye, según
El otro tema delicado es el de la repartición de dádivas a los congresistas, como el supuesto caso de las notarías. Ese tema tiene mucho de largo y de ancho. El senador Roy Barreras denunció que el ex presidente Gaviria adjudicó más de 200 notarías a dedo y un conocido comentarista radial reveló que Samper y Pastrana crearon más de 100 cada uno mientras Uribe sólo ha creado poco más de 30. Entonces, ¿con qué autoridad moral pueden criticar una costumbre poco plausible pero arraigada? Así ha sido siempre la relación entre Ejecutivo y Legislativo.
Hasta ahora el manejo del proyecto de referendo ha sido normal, aunque no exento de polémicas. Y es importante que se mantenga así, por lo que no es oportuno plantear cambios extravagantes en la manera de calcular el censo. Depurarlo sí, pero no ir más allá.
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