lunes, 7 de septiembre de 2009

La derecha indígena

Por Darío Ruiz Gómez

El Mundo, Medellín

Septiembre 7 de 2009


El concepto maniqueo, repitámoslo, de que todo indígena es bueno y es malo el blanco, ha conducido a errores históricos fatales, pues una cosa es la voz real, la respuesta genuina de Quintín Lame y otra la de ciertos líderes indígenas de hoy, aculturizados por una formación política “revolucionaria" que les ha quitado su verdadera filosofía antropológica, su concepción religiosa del mundo, para convertirlos en activistas que monocordemente repiten la misma monserga contra el gobierno y contra el imperialismo norteamericano. Victimas del choque de culturas son incapaces de replantear sus antiguos valores y enfrentar la presencia de valores que los excluyen y los rechazan por el hecho de que nunca sus líderes han tenido la lucidez necesaria para dilucidar este choque, la presencia del progreso.

El proceso de enfrentar las nuevas culturas, de deshacerse de la educación que les impuso el colonialismo sería un largo y arduo trabajo, tal como lo expresan los textos de Franz Fanon respecto a las comunidades africanas sometidas por la cultura francesa e inglesa. Lograr un lenguaje liberado de estas mistificaciones y llegar a una lengua propia donde se exprese una idea de justicia, de convivencia social, no es tan sencillo tal como lo ponen de presente los sectores mas oportunistas de éstos movimientos, cuando tomaron el camino más fácil: renegar de todo lo que supone el legado de la cultura occidental para regresar a la irracional ley del foete y del cepo, olvidándose de la justicia y regresando a costumbres verdaderamente bárbaras. Como reiteradamente lo ha denunciado la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia, Evo Morales está destruyendo esta Corte para implantar su propia justicia, o sea una “justicia" que se acomode a sus intereses.


Pero como lo señalé hace algunos años, el regresismo tiene en realidad un objetivo, mantener en la ignorancia a las comunidades, mantenerlas en un hábitat degradado negándole los beneficios de la ciencia mientras muchos de sus líderes comercian con la guerra y se entregan a sucios negocios, incomprensibles para nuestros cándidos antropólogos que ven como el rencor, el chantaje, el crimen, dentro del juego de poderes, han llegado a estas comunidades y las siguen degradando.


Recuérdese la utilización del ron y el whisky por parte de los granjeros para envilecer a las tribus norteamericanas buscando convertir al indígena en una especie de niño adulto incapaz de raciocinar, de acceder a una madurez intelectual. El gran Gerónimo terminó posando por unas monedas para los turistas. Regresar a la “Pacha Mama" tal como Evo Morales lo ha hecho, retornar a los supuestos trajes ancestrales, no es, repito, afirmar una “identidad", sino convertir a toda una comunidad en una caricatura de ella misma. La estrategia de la ignorancia justifica y fortalece este nacionalismo detrás de cual se esconde -como sucede con todos los nacionalismos- una poderosa y maquiavélica élite que se beneficia de estas “nacionalizaciones" del cobre, el petróleo.


Recordemos el nacional-socialismo, el fascismo, recordemos la tripe A argentina y al “mago" de López Rega, miremos las grandes histerias de Chávez y nos daremos cuenta de que estamos entre las sombras delirantes de un irracionalismo capaz, llegado el momento, de desatar lo peor.


Ya de hecho Evo ha dividido su país al dar prioridades a su etnia a través de estas proclamas irracionales, y haciendo ver a los blancos como enemigos de un futuro que supuestamente se está forjando alrededor de
la Pacha mama.

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