Nuevos mercados

Editorial

El País, Cali

Septiembre 4 de 2009

Caídas del 28% en las exportaciones a Venezuela y del 15% en los envíos a Ecuador son secuelas producidas por la combinación de la crisis en las relaciones con esos dos países con su delicada situación económica. Y demandan el esfuerzo conjunto del Gobierno y los productores para conseguir mercados estables y sólidos que eviten los sobresaltos y las amenazas contra el propósito de promover el comercio exterior como motor del desarrollo.

En las amenazas de Hugo Chávez y su manipulación de las relaciones económicas con nuestro país, está gran parte de la explicación para la caída casi vertical en el comercio bilateral. Pero no puede olvidarse la demora en los pagos a los exportadores colombianos, utilizando como disculpa el control de cambios que implantó su gobierno, convirtiendo el cumplimiento de las obligaciones en herramienta para tratar de manejar la crisis que padece Venezuela, porque los ingresos del Estado son ya infinitamente menores a sus egresos, producto de la caída en los precios del petróleo. Eso también explica el desabastecimiento en todos los órdenes que padece la nación vecina.

Pero la crisis en el comercio con Venezuela no es nueva. Y fue anunciada hace una década, cuando Hugo Chávez asumió la Presidencia y desconoció decisiones de la Comunidad Andina de Naciones, CAN. Lo más notorio entonces fueron sus medidas contra el transporte al prohibir el acceso de los camiones colombianos. Ese fue el campanazo, que culminó con el retiro de Venezuela de la CAN y dejó a su criterio las relaciones comerciales. Y si bien el intercambio llegó a volúmenes impensados, quedó expuesto a los caprichos de un mandatario cuyas preocupaciones y prioridades no son el comercio o la integración económica.

El asunto con Ecuador tiene otras características. La bonanza en los precios del petróleo le generó una gran capacidad de compra, mucha de la cual se dirigió a demandar más productos colombianos, fortaleciendo unos lazos que ni siquiera la ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos gobiernos, o los devaneos ideológicos del presidente Rafael Correa pudieron debilitar. Pero la crisis económica mundial impactó los precios de los hidrocarburos, y ha sido particularmente difícil para ese país, más expuesto a causa de la dolarización de su economía y las dificultades que implica. Pese a las diferencias, Ecuador sigue respetando el esfuerzo integracionista de la CAN.

Esos dos ejemplos muestran las ventajas de celebrar convenios internacionales serios y de largo plazo, y los riesgos de no tenerlos. Hoy, Colombia tiene tratados de libre comercio con nueve países, la CAN y los acuerdos con Unasur. Y aunque aún falta la ratificación de algunos como el de los Estados Unidos, esa estrategia es la adecuada para mantener la política de promoción de exportaciones como su apuesta principal para el desarrollo. Es la mejor manera de promover la iniciativa privada, y de paso acabar con la incertidumbre que crean las crisis o las decisiones atrabiliarias de cualquier gobernante.