Por Raúl Lombana Hernández
El Tiempo, Blogs
Junio 30 de 2009
La reunión que tuvieron los mandatarios de Colombia y Estados Unidos en la Casa Blanca, y que fue el primer encuentro oficial entre los dos presidentes, provocó reacciones encontradas en nuestro país. La oposición colombiana no escatimó recursos ropagandí hasta última hora para torpedear la visita del presidente Uribe a su homólogo Barack Obama. Igual a lo que sucedió en Canadá, algunos seguidores de la izquierda retrógrada y subvencionada con dineros del chavismo intentaron sabotear la llegada del mandatario colombiano. Estas manifestaciones llevadas a cabo por saboteadores profesionales producen repudio en la sociedad colombiana, quien ve la manera cómo han caído tan bajo los detractores del gobierno.
La oposición colombiana encabezada por el ala política del grupo terrorista de las FARC hasta último momento enfiló las baterías para sabotear la visita de Uribe. Recurrieron como siempre a las ONG para torpedear los logros de la administración del presidente colombiano. Se ha vuelto costumbre que ante los viajes que hace el presidente al exterior, la oposición colombiana financie una avanzada como contrapeso a la visita. Esta acción es calcada a lo que hace Chávez en Venezuela, quien para mostrar que tiene respaldo popular recurre a los “simpatizantes” profesionales.
En nuestro país los enemigos de la democracia colombiana, y amiguísimos de todo aquel que ataque la institucionalidad, daban por descontado que el presidente estadounidense no abordaría la agenda programada de manera diplomática. Por el contrario, los diferentes viajes felones que llevaron a cabo para desprestigiar al presidente Uribe no lograron enrarecer el ambiente. Las cosas fueron diametralmente opuestas a los intereses de los detractores no sólo del presidente Uribe, sino también del pueblo colombiano.
Pues bien, en la susodicha y tan esperada reunión se tocaron temas importantes en la agenda binacional. El TLC, biocombustibles, la situación de Honduras y otros temas importantes fueron abordados por los dos mandatarios. Durante la reunión que fue amena y cordial, el presidente Obama no escatimó elogios para Colombia y para el presidente Uribe. La confirmación de que nuestro país es un aliado extraordinariamente fuerte para los Estados Unidos desbarató los rumores malintencionados de los miembros del Polo y del Partido Liberal, quienes desde ya festejaban el seguro fracaso, según ellos, que tendría la visita de Uribe.
Las palabras que pronunció el presidente Barack Obama acerca de la posibilidad de un tercer mandato del mandatario colombiano produjeron desconcierto en los enemigos de la iniciativa popular. Éstos esperaban que el mandatario estadounidense se fuera lanza en ristre, pero no, él diplomáticamente se limitó a decir que en su país por el desgaste político que acusan los presidentes durante los dos periodos no les da chance para postularse a otro. A renglón seguido subrayó la popularidad que mantiene el presidente Uribe, expresando que inclusive él no se ve con una alta aceptación de su pueblo antes de que termine su mandato.
En cuanto al referendo reeleccionista, el mandatario estadounidense expresó que es legítimo siempre y cuando salga de las entrañas del pueblo, cómo es el caso de la iniciativa popular que se tramita en el congreso colombiano. El presidente Obama al expresarse de esa manera, sobre el deseo legitimo que tiene el pueblo colombiano, ratifica que en nuestro país es la voluntad popular la que quiere que el presidente Uribe siga rigiendo los destinos de la nación. Los opositores a la iniciativa, quienes no han escatimado esfuerzos para torpedearla, de nada les ha valido los recursos que han invertido en viajes al exterior, especialmente a suelo norteamericano, para atacarla.
En pocas palabras, el caso colombiano es único. Los estadounidenses han reconocido que la democracia colombiana es solida y madura. Además, también han entendido que no es capricho ni deseo del presidente Uribe perpetuarse en el poder cómo han querido engañar los detractores del mandatario a la comunidad internacional. Es la voluntad popular del colombiano del común quien no ve a otra figura diferente de la de Uribe para seguir rigiendo los destinos de la patria.
Los enemigos de la democracia colombiana ante su fracaso por sabotear la visita del presidente colombiano recurrieron, cómo es su acostumbrado proceder, al grupo terrorista de las FARC. Para ello, apelaron a las liberaciones manipuladas. De nuevo volvieron con el “cuento" de la liberación de Moncayo y de otro militar del cual no dieron nombre.
Los enemigos del pueblo colombiano ante su mediocridad para enfrentar con argumentos al gobierno recurren sin tapujos a sus aliados ideológicos. Las liberaciones vuelven hacer usadas para sustraer la atención de la sociedad colombiana de los logros que ha obtenido la administración Uribe.
Los enemigos del pueblo colombiano no esconden su alianza con el grupo terrorista de las FARC. Los secuestrados de esta estructura criminal son usados sin ningún tipo de consideración por parte de los personajes conocidos ampliamente por la sociedad colombiana como paraguerrilleros o, mejor aún, paraterroristas.
El viaje del presidente Uribe a los Estados Unidos ha dejado nuevamente claro ante la comunidad internacional la talla de estadista del mandatario colombiano. A pesar de la desinformación llevada a cabo por los enemigos del Estado Social de Derecho, el presidente colombiano ha ratificado con creces sus cualidades de líder.
Qué lejos están los gobernantes de los países afines ideológicos de la oposición colombiana de las calidades del presidente colombiano.
Mientras en nuestro país los que se autodenominan intelectuales arteramente desconocen los meritos del presidente Uribe, en el escenario internacional éste es respetado por su liderazgo.
Mientras en nuestro país los que se autodenominan intelectuales atacan al presidente Uribe, ante personajes como Chávez, Correa, Ortega y los cabecillas del grupo terrorista de las FARC se hincan.
Por lo anterior, todavía persisten en tratar de engañar a la comunidad internacional, debido a que a la sociedad colombiana les es imposible. Ésta los conoce en demasía y sabe que ellos son los verdaderos enemigos de la democracia y del pueblo colombiano.
Así que las palabras de Barack Obama pronto tendrán el rechazo acostumbrado por parte de la oposición colombiana. Muy pronto se les verá en las calles quemando banderas estadounidenses y rompiendo vitrinas para tratar de amedrentar la voluntad popular.
Por último, los que esperaban que el presidente norteamericano acorralara a Uribe sobre los temas que ellos han magnificado y de los cuales pretenden tomar como banderas políticas y obtener réditos políticos, se quedaron viendo un chispero. Se puede calificar que la reunión entre los dos mandatarios fue beneficiosa para el país. La relación entre los dos gobiernos se ha fortalecido, debido a que de primera mano, y no a través de mala información (pagada), el presidente Obama ha tenido la oportunidad de conocer directamente al presidente colombiano.
La ñapa: Sigue la función del circo en que han convertido las liberaciones de los secuestrados. Es abominable la manera cómo alias Teodora y el sequito que la secunda juegan con las ilusiones de los familiares de los colombianos que se pudren en la manigua. Algún día estos integrantes del ala política y propagandisticas de las FARC tendrán que responder ante las autoridades nacionales e internacionales por su apoyo expreso a esta estructura terrorista.
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