Editorial
El Colombiano, Medellín
Junio 22 de 2009
Para sanción presidencial está la nueva Ley Marco de Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones (TIC), un instrumento para lograr una mayor penetración, cobertura y acceso en cualquier parte del país, a precios razonables y con una competencia regulada, en procura de un mayor desarrollo socioeconómico en un mundo globalizado.
Luego de dos años de trámite en el Congreso, de quitar y poner artículos, solo resta la sanción presidencial para que la Ley Marco de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones venga a poner orden y control en este campo, tan disperso como nebuloso en materia de regulación.
Cuando un computador (informática) se unió con otro, para trabajar en línea (telecomunicaciones), y esta posibilidad se hizo masiva con los PC en la década de los 90, el mundo dio un salto tecnológico mayor al alcanzado en muchos siglos de desarrollo económico, en la forma de comunicarnos, en las pautas de interacción social y en las mismas instituciones.
Sin embargo, en el país no existía un marco legal coherente y único sobre estas modernas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) de manera que los colombianos pudieran contar con normas claras para acceder y utilizar la enorme avalancha de recursos que ellas dispensan.
La nueva reglamentación, fruto de diez años de análisis en el Ministerio de Comunicaciones, que pasará a llamarse Ministerio de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, posibilita al Gobierno diseñar políticas públicas en materia de TIC: libre competencia, protección al usuario, calidad del servicio, promoción de la inversión en el sector y estabilidad jurídica, uso de redes y gestión del espectro radio eléctrico, entre otros aspectos.
Los colombianos podrán disponer de un instrumento legal para acceder de manera universal y a precios razonables a sistemas que les permitan procesar, almacenar y transmitir sonido, voz, texto, datos e imágenes, para la difusión del conocimiento humano, ampliar su capacidad de trabajar a distancia y procurar su desarrollo.
Los cambios en este campo son tan acelerados que este instrumento legal quizá solo tenga aplicación a corto y mediano plazo, cuando se hace necesario lograr una mayor cobertura, servicio eficiente e igualdad de oportunidades en materia de equipos, programas y redes. Al menos, para lograr antes del 2020 uno de los 16 usos clave de la tecnología: "acceso a la información en cualquier parte".
Más que examinar las normas contenidas en sus 76 artículos, vale la pena resaltar el espíritu que anima esta ley: fomentar y regular la libre competencia, con una clara protección de los derechos de los colombianos para acceder a estos servicios. Para ello, se modificó la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones, se le quitó la vigilancia y control de la telefonía fija a la Superintendencia de Servicios Públicos y se trasladó a la Superintendencia de Industria y Comercio. Se eliminaron los subsidios y contribuciones en la telefonía fija y el Estado tendrá que invertir en la masificación de internet. Así mismo, creó un marco institucional con competencias definidas para el Ministerio, la Agencia Nacional del Espectro, la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones y el Fondo de Tecnologías de la Información.
En la vida cotidiana nos sorprendemos con todo lo que es posible hacer hoy con las modernas tecnologías de la información y las telecomunicaciones, pero esta norma es solo el punto de partida para facilitar, de manera prioritaria, el ingreso de la población a esos servicios, para que acceda a nuevos conocimientos y prácticas laborales, insertados en un mundo globalizado.
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