sábado, 20 de junio de 2009

Lento, pero con paso firme

Editorial

El Colombiano, Medellín

Junio 20 de 2009

No es para destapar champaña, como lo advirtió el analista internacional Adam Isacson, pero sí como para un apretón de manos fuerte, porque Colombia está haciendo la tarea, cada vez más compleja, de combatir el narcotráfico en todas las manifestaciones de la cadena, desde la producción hasta la comercialización y el consumo.

El informe anual de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), presentado ayer en Perú y correspondiente a 2008, trae dos resultados que combinados demuestran que el Plan de Consolidación de la Política de Seguridad Democrática es un hecho irrebatible y consistente con los indicadores de reducción de áreas cultivadas con coca, en 18 por ciento, y la disminución en la producción de cocaína, del 28 por ciento, en relación con 2007.

Para entender la magnitud del resultado, las 18 mil hectáreas menos de cultivos ilícitos (de 99.000 a 81.000 hectáreas), es como haber limpiado un territorio similar al del área metropolitana del Valle de Aburrá o haber despejado una zona ocho veces el tamaño de la isla de San Andrés, esto es, poco más de 180 kilómetros cuadrados.

Hasta ahora, ese es un dato sin antecedentes en la lucha contra el narcotráfico en Colombia, pero que no aleja los peligros ni disipa los retos en materia de derrotar la violencia asociada a la guerrilla, las bandas emergentes y los narcotraficantes.

No en vano la ONU y el propio Gobierno han destacado que dicho resultado es la combinación de una intensa labor de recuperación territorial por parte de la Fuerza Pública, una agresiva erradicación manual de cultivos ilícitos y su consecuente sustitución alternativa, el fortalecimiento de la aspersión y la interdicción aéreas. En otras palabras, haber puesto en marcha un plan integral de lucha contra las drogas, dentro del cual es importante reconocer el apoyo de Estados Unidos al Plan Colombia.

Por eso es por lo que, ahora más que nunca, Colombia debe demandar la corresponsabilidad de la comunidad internacional en la lucha contra las drogas, el consumo, el comercio de precursores químicos y contra los grupos terroristas que mantienen en el narcotráfico y sus ilícitas ganancias el combustible de la guerra.

Dentro del contexto local, Antioquia también logra unos resultados positivos en la reducción del 38 por ciento en los cultivos ilícitos, pues pasó de 9.926 a 6.096 hectáreas, máxime cuando es sabido que buena parte del incremento en los índices de homicidios en Medellín, su área metropolitana y el Departamento, está sustentado en la guerra entre las bandas y los combos por el negocio del narcotráfico y las plazas de vicio.

El informe llega en momentos en que la Cámara de Representantes de Estados Unidos adelanta el trámite para el desembolso de 520 millones de dólares en ayuda para el Plan Colombia y el presidente Álvaro Uribe prepara su viaje a Washington para la reunión con su homólogo Barack Obama, el próximo 29 de junio. Una cita clave para ratificar que, pese a todo lo que hace falta, el país está haciendo bien la tarea, pero que el éxito final será el que resulte del compromiso de todos.

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