Por Guillermo Perry
Revista Dinero, Bogotá
Junio 12 de 2009
Si los EE.UU. comienzan a recuperarse en el segundo semestre nosotros también lo haremos. Pero no nos digamos mentiras. Aún no hemos tocado fondo, ni en el crecimiento económico ni en el aumento del desempleo.
Diversos analistas piensan que ya se tocó fondo en la recesión económica que vivimos en el país y en el mundo. ¿Será verdad tanta belleza? ¿Cuándo comenzará la recuperación y qué tan rápida y sostenible será?
Para comenzar, ¿cuál es la evidencia de que ya se tocó fondo? A nivel internacional hay tres datos que permiten vislumbrar una posible luz al final del túnel en la economía internacional. El primero es que los mercados financieros han estado menos volátiles en los últimos meses, en comparación con lo que sucedió en el último cuatrimestre del año pasado, y que, por tanto, los índices de aversión al riesgo han disminuido, los spreads se han reducido y las bolsas de valores han recuperado parte de sus pérdidas. En forma consecuente con estos hechos los flujos de capital han estado regresando a los países emergentes y algunas de sus monedas se han vuelto a apreciar un tanto. En el caso de Colombia, este efecto se ha reforzado por la mayor confianza que ha generado la aprobación de una cuantiosa línea de crédito precautelativo por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). No se equivocó el Gobierno al solicitar esta aprobación ni quienes le recomendamos que procediera a solicitarla.
Sin embargo, no se puede cantar aún victoria. Como bien ha indicado el propio FMI, los circuitos de crédito aun no se restablecen en los países industrializados y mientras ello no ocurra será muy improbable una recuperación vigorosa y sostenida de la economía mundial. Mas aún, todavía no se sabe si el capital y la liquidez suministrados generosamente a sus bancos y otros agentes financieros será suficiente para absorber sus "activos tóxicos". El problema es similar al del huevo y la gallina: sin recuperación del crédito no habrá crecimiento sostenido, pero sin perspectivas de crecimiento sostenido el capital de los bancos puede estar aún en territorio negativo y no habrá crédito. Ojalá no estemos viendo simplemente un "verano indio". En últimas se trata de una cuestión de confianza. ¿Creerán los inversionistas y los consumidores del primer mundo que con lo que se les dio a las entidades financieras ya es suficiente, que no se quebrarán más y que se puede volver a invertir y gastar sin temor a que la recesión se prolongue? Si lo creen y vuelven a gastar, el valor de los activos de los bancos subirá de valor y volverán a prestar. Por esta razón, Bernanke, que sabe de crisis, no ha escatimado en el apoyo al sistema financiero.
Y parece que la agresiva política del FED comienza a tener efecto. El consumo en los Estados Unidos volvió a subir después de varios meses de caída. Esta es la segunda buena noticia. Como la caída en la producción industrial en los Estados Unidos ha sido vertiginosa, este aumento modesto del gasto de los consumidores ha hecho desaparecer rápidamente los inventarios acumulados. Por tanto, si el consumo privado continúa aumentando la producción industrial (que aún está cayendo) comenzará a recuperarse. O sea que aún no se ha tocado fondo en la economía gringa, pero es posible que se toque muy pronto y que la recuperación de la producción industrial comience en el segundo semestre del año y la del PIB a comienzos de 2010. Este es el escenario moderadamente optimista que pinta el FMI en su último informe.
Pero, con razón, advierte que aún hay mucha incertidumbre y muchos riesgos. De nuevo, no se puede cantar victoria. Entre otras cosas porque todavía no hay signos claros de que Europa y Japón vayan a detener pronto su caída libre. La recesión Europea puede ser bien larga, pues el señor Trichet y sus colaboradores (especialmente los del Bundesbank), a diferencia de Bernanke y los suyos, saben poco de crisis, han estado haciendo poco y diciendo muchas tonterías y no han ayudado a recuperar efectivamente la confianza. Así mismo, los paquetes de estímulo fiscal en Estados Unidos, Europa y Japón, como también lo ha dicho el propio FMI (¡quién lo creyera!), son modestos para las circunstancias (2% a 4% del PIB de estos países) y no se están implementando con suficiente rapidez.
Lo contrario pasa en China. El enorme paquete fiscal anticíclico (cercano a 7% del PIB por dos años y medio) se ha ejecutado con celeridad. Además, los bancos (dirigidos por el gobierno) están prestando. La recuperación económica china es en consecuencia ya un hecho (creció 6% en el primer trimestre del año, después de una contracción en el último de 2008). Esta es de hecho la más positiva de las noticias, sobre todo para América Latina. La recuperación china ha tenido el efecto de que los precios de los productos básicos hayan dejado de caer e incluso se hayan comenzado a recuperar. De hecho, están en niveles muy aceptables históricamente: el petróleo a US$50 y US$60 por barril -en vez de los US$20 ó menos en que llegó a estar en 1998- y el café a US$1,35 la libra -en vez de los US$0,60 o menos en que estuvo en crisis pasadas-. La ironía no puede ser mayor. El partido comunista chino está contribuyendo efectivamente a salvar al capitalismo americano de sus excesos, al socialismo del siglo XXI del señor Chávez de los suyos y hasta puede ayudar a la reelección de Uribe ¡a pesar de su improvidencia fiscal!
Si los Estados Unidos comienzan a recuperarse en el segundo semestre nosotros también lo haremos. Y es posible que lo hagamos más rápido que ellos, gracias a los buenos precios de nuestros productos de exportación, por cortesía china. Pero no nos digamos mentiras. Aún no hemos tocado fondo. Ni en el crecimiento económico, que todavía no está en terreno positivo, ni en el aumento del desempleo que probablemente seguirá hasta comienzos del año entrante, pues el mercado laboral sigue los ciclos económicos con cierto rezago.
Revista Dinero, Bogotá
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