Una gira fructífera

Editorial

El Mundo, Medellín

Junio 15 de 2009

Creemos firmemente que los opositores al TLC con Canadá van a ser derrotados y que el Parlamento va a ratificar el tratado.

Con mucha complacencia tenemos que registrar el éxito de la gira que realizó la semana pasada el presidente Álvaro Uribe por Canadá y Estados Unidos, aunque los resultados no estén a la vista ni vayan a ser inmediatos, porque se trata de temas complejos, polémicos, pero fundamentales para los intereses económicos, sociales y políticos de Colombia. Nos referimos especialmente al impulso a los vapuleados Tratados de Libre Comercio con esas dos grandes economías de América y a su denodado esfuerzo por convencer a sus líderes, a todos los niveles, de que Colombia necesita una mayor colaboración internacional en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, y eso incluye no sólo la represión a la producción y comercialización de la droga a gran escala sino el compromiso de cada país y de cada ciudad donde aquella se consume con la prevención de la drogadicción y el castigo debido al distribuidor al detal.

Mención especial merece su intervención el miércoles en el Foro Económico Internacional de las Américas, que este año deliberó bajo el lema “Adaptarse al nuevo orden mundial” y que tuvo lugar en el Hotel Hilton, de Montreal, hasta donde llegó un grupúsculo de manifestantes dizque para protestar por su presencia en Canadá y rechazar la ratificación del TLC con un gobierno que supuestamente viola sistemáticamente los derechos humanos y asesina sindicalistas. Un mitin similar se hacía al mismo tiempo en Ottawa y algunas agencias internacionales y programas de noticias como CNN le daban a eso una trascendencia que no tuvo, pues en realidad se trató del mismo espectáculo difamatorio que se repite por donde quiera que vaya de gira el presidente colombiano, sea en América o en Europa, con carteles y proclamas muy bien financiadas y aupadas por las extremas izquierdas de esos países con conexiones ampliamente comprobadas con organizaciones narcoterroristas colombianas, especialmente las Farc.

El presidente Uribe fue muy claro en su respuesta a la pregunta de un periodista canadiense: Sobre activismo de grupos guerrilleros en este país. ¿Se va a compartir alguna información? “ La gran mayoría de los colombianos que viven aquí, han venido por la libertad de Colombia, por la generosidad de Canadá y son personas llenas de virtudes, llenas de disciplina de trabajo y de estudio. Colombianos que tienen muy buen nombre, excelente reputación. Otros, y espero que sea la minoría, han engañado a Colombia y a Canadá, porque se han hecho pasar como personas de bien, cuando lo que hacían en Colombia era participar en organizaciones terroristas”.

Esas fichas de la narcoguerrilla que gozan allá de un inmerecido asilo trabajan de la mano con extremistas canadienses en organizaciones con toda una fachada legal, como una que se llama SOS-Colombia, promotora de los mítines contra el presidente Uribe, autodefinida como “coalición de organizaciones, entre ellas Desarrollo y Paz, CDHAL, PASC, RAJ de Sherbrooke, ASOCOLOM, RQIC, la FFQ, la Liga de Derechos y Libertades, el RQGE, las federaciones estudiantiles y varias ONG entre ellas Alternatives y el CISO”. Activistas de esa abigarrada mezcolanza de siglas fueron los que participaron en la aludida protesta frente al Hilton, mientras en Internet colgaban la muy conocida perorata contra el Tratado de Libre Comercio, diciendo que “este tipo de tratado pone en riesgo los principios democráticos y los derechos fundamentales de los trabajadores tanto en Canadá como en Colombia. Tal como fue propuesto por el Comité de Comercio Internacional del parlamento canadiense en junio de 2008, la oposición a este proyecto de ley busca actualmente interponer un estudio de impacto en los derechos humanos en Colombia antes de proceder a la ratificación del TLC-CC”.

Como ya hemos dicho tantas veces con relación a los sindicatos estadounidenses y europeos, toda esa leyenda difamatoria contra nuestras instituciones para oponerse al TLC, sobre una versión deformada y falseada de las realidades colombianas, que tanto el Presidente Uribe como el Vicepresidente Francisco Santos han refutado contundentemente en todos los foros internacionales, empezando por la OIT, no es más que una mampara tras de la cual está la defensa de los intereses de los grandes sindicatos de los países desarrollados, dado que con el libre comercio también se libera la mano de obra, siendo la de los países en desarrollo mucho más barata que la d e EEUU, Canadá o Europa, y es lógico que con los tratados se pierdan puestos en los países ricos y se ganen en los del tercer mundo.

Nosotros creemos firmemente que los opositores al TLC con Canadá van a ser derrotados y que el Parlamento va a ratificar el tratado que se empezó a negociar desde hace siete años, en primer lugar, por el decidido y cordial respaldo que le ofreció al Presidente Uribe el Primer Ministro Stephen Harper, y en segundo lugar, por el buen clima que dejó sentado después de sus cordiales reuniones con el presidente del Senado de ese país, Noel A. Kinsella, y con los líderes del Partido Liberal de Canadá, Michael Ignatieff y Scott Brison.

Felicitamos al señor Presidente por el éxito de su gira, y ya habrá ocasión de referirnos a los temas que conversó con los alcaldes de las más importantes ciudades de los EEUU, de los cuales consiguió también el compromiso de apoyar el TLC con ese país.