Por Víctor Bustamante
http://neonadaismo-victorbustamante.blogspot.com/2009/06/retrato-del-poeta-como-comisario.html
Junio de 2009
“Esta inaudita aparición en La Habana, la ciudad en ruinas, nos ilumina a todos.
Sentado en el banco de un parque, donde también está sentada la estatua de John Lennon, el comisario bueno, el comisario amigo y sin rencor, Roberto Fernández Retamar, tiene puesta la gorra de Trotsky, y en la mano ostenta el bastón del pastor de ovejas.
¡Qué lindo es todo!
La paz, y sobre todo el tierno Comisario.
Pero lo que más maravilla, a los pies del Comisario con gorra y con bastón (y esto en una luz de ruinas, iluminando el mediodía en ruinas, de la ciudad en ruinas), es la presencia del tigre.
Un inaudito, inenarrable, tigre posmodernista que, para nada, tiene que ver con ningún tigre soñado por William Blake, pero que, eso sí, tiene la misma sonrisa que pudo tener aquel dentista que, dicen, inventó la guillotina.” Lorenzo García Vega
Invitado por Fernando Rendón Merino, propietario del Festival de Poesía de Medellín experto en todas las formas de lucha, uno de los más crueles y desvergonzados poetas cubanos, --Roberto Fernández Retamar,-- se dispone a pisar Medellín, tierra de muertos y sicarios. Roberto Fernández Retamar, actual miembro del Consejo de Estado de la isla, firmó las penas de muerte de tres desgraciados que secuestrando una lancha vieja querían huir de la tiranía de los Castro, que llega al medio siglo. El mismo autodenominado poeta que ha pervertido la poesía continental con premios honoríficos dignos de Heliogábalo en su Casa de las Américas.
Uno termina pareciéndose de una manera inobjetable a quien admira. Esto para referirme a Fernando “El Mono” Rendón, el nobel alternativo, ávido del poder frágil que da la simulación de la poesía como fachada económica y política y no como búsqueda personal de aquel que no tuvo empacho en eliminar, sin fundamento y con su soberbia a sus compañeros de generación, también fundadores del festival, a quienes echó poco a poco y de una manera letal del Festival de Poesía. La lista es larga y él sabe quiénes son. Es una suerte de exterminio que se parece al modelo de lo que él admira, en este caso, los trasnochados presupuestos de la Revolución Cubana, aquella del dictador Castro I y Castro II, la primera dinastía estalinista del trópico, que obliga al vasallaje intelectual con uno de sus comisarios, el poetastro Fernández Retamar que vendrá a Medellín para el festival de Poesía este año del 2009.
Para nadie es un misterio que la dinastía y dictadura de los Castro Primero y Segundo empobreció drásticamente a la cultura cubana a pesar de haber cooptado la literatura latinoamericana cuando se dieron cuenta que de esa manera desactivaban con sus premios a los intelectuales críticos de la Isla. Y así mismo esto le servía de propaganda al régimen en el exterior, para posar de sensibles. Esto es notorio en los intelectuales latinoamericanos que han sido jurados, que han sido premiados, que han viajado a la Isla. De repente callan las atrocidades cometidas contra la libertad de expresión en Cuba. En esa estólida peregrinación les tapan la boca y les remiendan la conciencia con un vano premio literario entregado por los verdugos y censores de los escritores.
Traer a Fernández Retamar a Medellín es convalidar al verdugo y a la falta de libertad de los escritores en la Isla y es una bofetada a la poesía y un elogio a la policía castrista que es la única institución que funciona en Cuba. Recordemos que Fernández Retamar o Rematar, que es lo mismo, firmó esa carta de apoyo, junto a Silvio Rodríguez, Miguel Barnet, Alfredo Guevara, Pablo Armando Fernández, Senel Paz, Alicia Alonso y otros 27 intelectuales donde apoyan a la dictadura-dinastía de los Castro Primero y Castro Segundo para fusilar tres jóvenes que intentaron irse de la Isla y al apresamiento de unos 70 intelectuales. Y de esa manera desactivar con el miedo y la represión las críticas que dan sentido a la democracia.
Traer a Fernández Retamar es no tener misericordia con algo que se llama la libertad de expresión y es convalidar al régimen. Y es no salir de ese provincianismo que aun nos hace pensar que somos de vanguardia por pertenecer a la falsa izquierda dogmatica cuando ya se ha descubierto la mentira y el papel represor de las instituciones cubanas con sus escritores.
Traer a Fernández Retamar es mancillar la libre expresión y mancillar la poesía.
Qué excusa puede tener la corrupción moral de quien invita a Fernández Retamar quien como escritor oficial, director de Casa de las Américas, con su cómoda ceguera ha callado nada menos que ante los miles de muertos, las ejecuciones, los miles de encarcelados por pensar diferente, ante los campos de concentración para homosexuales, los millones de exilados y la falta de libertad para la verdadera Cuba. Qué persona que se llame poeta o escritor es capaz de escribir teniendo sobre sus pies esa base de iniquidades: ninguna. A no ser que haya sido el verdugo y su admirador, y el traidor de sus amigos, quien lo invita. El deber de un escritor es no callar ante los abusos del poder de la izquierda y de la derecha.
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