miércoles, 12 de agosto de 2009

Eso hay que recordarlo

Por José Obdulio Gaviria

El Tiempo, Bogotá

Agosto 12 de 2009

El presidente Uribe recomienda repetir mil veces una idea. "Cuando uno ya está cansado de repetir es cuando, apenas, la gente está comenzando a entender", dice. Aunque la práctica demuestra que eso es así, hay una razón adicional para repetir, repetir y repetir: la gente tiene mala memoria.

Algunos descreen de la memoria como elemento de la inteligencia. Al contrario, ¡qué de calamidades conlleva su ausencia! Dijo hace cuatro siglos Huarte de Sanjuán (recuerdo que lo cita Savater en su Diccionario filosófico) que la inteligencia es una combinación de capacidad de aprender, tino en el juzgar y fuerza imaginativa. Es evidente, digo yo, que sin memoria poco se aprende; que, sin elementos de referencia y de comparación, mal puede uno hacer un juicio, y que, para guardar el producto de la imaginación, se requiere esa grabadora milagrosa que nos mandó Dios incorporada al cerebro.

Borges imaginó un pueblo sin memoria, los Mlch. Los llamó Yahoos, igual a como bautizó Swift, en su libro Viajes de Gulliver, a unos hombres brutísimos y degenerados que convivían con caballos inteligentísimos y buenos conversadores. Como imaginarán ustedes, el caos en una sociedad sin memoria es infinito. Borges, por ejemplo, informa que los Yahoos hablaban de los estragos causados por una invasión de leopardos, pero no sabían si ellos la vieron o sus padres o si contaban un sueño. La ventaja de los hechiceros Mlch sobre los demás, por poseer la memoria, aunque en grado mínimo, era evidente: cuenta Borges que descrestaban al mundo porque podían recordar en la tarde hechos que ocurrieron en la mañana o aun la tarde anterior.

Un proceso elemental de la inteligencia, la asociación de ideas, sería imposible si no llegaran a la mente los refuerzos de los batallones de la memoria. Borges lo demuestra con el hecho de que, a los Yahoos, la frase 'Padre nuestro' los perturbaba, ya que carecían del concepto de la paternidad. "No comprenden -dice- que un acto ejecutado hace nueve meses pueda guardar alguna relación con el nacimiento de un niño; no admiten una causa tan lejana y tan inverosímil. Por lo demás, todas las mujeres conocen el comercio carnal y no todas son madres".

En Colombia, la próxima campaña electoral va a requerir buenas ideas, pero también, y en grado superlativo, buena memoria. Saber para dónde vamos requiere recordar de dónde venimos. Un candidato acaba de decir que él, como Presidente, no casará peleas con nadie y que piensa pedir perdón, en nombre de Colombia, por haber atacado a 'Raúl Reyes' en territorio ecuatoriano. ¡Mala memoria! Esa fue la prédica de los apacigüacionistas, de los ideólogos de la solución política negociada que gobernaron en los dos períodos anteriores a Uribe.

Recordemos (siempre la memoria) que fue la época en que a todos nos fue como a los perros en misa. Enfrentar al terrorismo y al narcotráfico no es casar peleas. Perseguir, capturar o abatir a los jefes del terrorismo es una obligación, no un capricho o un deporte. Hacerlo juiciosamente, y tener éxito en ello, es asunto del que depende la suerte de la sociedad. No hay que reelaborar esa teoría. Basta tenerla en la memoria.

Chávez y Correa han sido explícitos en sus declaraciones de amor a las Farc. Cuando el ministro Chacín dijo a los secuestradores, ante cámaras, "¡adelante, camaradas!", les transmitía un mensaje del régimen venezolano. La histeria pública de los ministros Larrea y Chauvín ante la muerte de 'Reyes' era histeria del régimen ecuatoriano. Eso hay que tenerlo en la memoria.

El senador Petro denunció que hay una corriente pro Farc en el Polo Democrático que se negó a repudiar el asesinato de los diputados y a felicitar al Ejército por 'Jaque'. Eso hay que recordarlo. Recordando aprenderemos a distinguir si debemos pedir perdón o debemos redoblar el esfuerzo combativo.

No hay comentarios: