martes, 1 de septiembre de 2009

“Colombia, democracia siglo XXI”

Jaime Jaramillo Panesso*

Medellín

Agosto 27 de 2009

Estamos en tiempos de bufones. Colombia, ese país que tiene tres cordilleras y dos mares, que fue pasto y tesoro de la corona española, que fue declarado libre del imperio por las espadas de Bolívar y Santander y que como República ha recorrido una larga historia de 200 años en medio de fuertes oleajes que van desde las guerras civiles hasta las aclamadas tareas realizadas por sus científicos, sus académicos, sus legisladores, sus empresarios, sus soldados, sus obreros, sus músicos y escritores. Colombia, entraña profunda y lúcida de la Nueva Granada y de la Gran Colombia, está ubicada hoy en el sánduche entre cercanos vecinos, maestros de la bufonería universal y lejanos y distraídos amigos que juegan a un golf, donde ellos mismos meten sus cabezas en el hoyo 18.

Es tiempo de bufones que multiplican con la lengua, el resentimiento interno de su lumpen proletario, para posar de hombres valientes y salvadores, mientras tratan de encadenarnos a las artificiales organizaciones interamericanas que forman para su uso y abuso mediático.

Es tiempo de bufones que contrasta con el tiempo del estadista que no tiene acciones en el circo donde los payasos andan armados y los ayudantes palmotean en el coro de los aulladores.

Hoy, más que ayer, la nación requiere de hombres sensatos y mujeres con sindéresis. Ayer fueron las ideas y los apoyos expansionistas de los autores de la revolución cubana, que se emborracharon con el mito de cabalgar sobre los Andes para crear “uno, dos, tres Vietnam”. Hoy no hemos acabado nuestro conflicto interno, pero existe la determinación nacional de llevarlo a su fin, ya sea por la vía militar, ya por un pacto de paz o por la combinación de ambos. Pero llegar al final de este horror de lo que ha sido una guerra contra la sociedad colombiana, pasa por la actitud de respaldo que los vecinos den a la guerrilla. Ella subsistirá, así sean pequeños grupos bandoleriles, si los bufones les pintan un futuro cercano de victoria del internacionalismo bolivariano.

Ahora bien. Detrás de los bufones está la potencia de América del Sur, la novena economía mundial. Su presidente posee los derechos de autor de haber fundado a Unasur, de la creación de una Fuerza Armada Suramericana y, sobre todo, el Foro de Sao Paulo, pequeño conjunto de intelectuales y políticos de algún renombre en cuyo seno tienen asiento las Farc. No obstante, Brasil es un peso pesado internacional emergente por su estructura de libre mercado dentro de la globalización, mientras admite el discurso ideológico de uno de los bufones. Su consigna es, pues: capitalismo y democracia en el interior, bolivarismo para consumo exterior.

Este panorama requiere de personas con criterios de estadistas, no solo en el poder ejecutivo, sino en el Congreso. De allí la importancia de un maestro como Jaime Restrepo Cuartas. Ojalá el perfil que tiene Jaime, se replicara en la mayoría de nuestros congresistas para que fuese motivo de orgullo de la ciudadanía entera. Acaso sea pedirle manzanas a la cebolla.

Conocí de cerca a quien fuera rector del Alma Mater de la raza, invicta en su fecundidad, cuando asistía a los consejos de gobierno en el período del Gobernador Uribe Vélez. Restrepo Cuartas y todos aquellos que tuvimos la oportunidad de acompañar al actual Jefe de Estado, aprendimos la complejidad de la administración pública y lo grato que es invertir para el desarrollo de un pueblo cuando hay arcas bien manejadas. Una noche cuando avanzaban las horas en que deberíamos estar descansando, y mientras el consejo de gobierno discutía sobre un proyecto utópico de traer deshuesado un barco de la Armada para sembrarlo en la represa de Guatapé, como atracción turística, me acerqué a Restrepo Cuartas como médico y le mostré un diagnóstico de hipernefroma en mi riñón derecho. Él, con su sabiduría melancólica, que lo hace aparecer como el caballero de la triste figura, me recomendó rapidez en la intervención quirúrgica y me explicó qué era un hipernefroma. De donde ustedes pueden inferir que con vida he llegado a esta tribuna, gracias a su preocupada admonición. Además, me permite reflexionar sobre lo siguiente: Colombia tiene, en los bufones vecinos, un hipernefroma doble que tiende a regarse mediante la metástasis bolivariana. Inclusive en nuestras propias entrañas, en nuestro propio riñón.

Estimado ciudadano Jaime Restrepo Cuartas: le doy en pago al suyo, este consejo: desde su curul de senador contribuya a la consolidación de una nación libre de los violentos y a construir un partido que renueve las voces de la democracia y la participación ciudadana.

Los colombianos hemos crecido y sobrevivido por evolución. Nosotros debemos patentar la consigna: Colombia, democracia siglo XXI. No ha sido fácil en llegar a estadios como la consolidación del estado nacional y enterrar la época de los caudillos regionales. No ha sido fácil pasar de la colonización antioqueña a la creación de la economía cafetalera, primero. Y luego superar el monocultivo por la variopinta de nuestras exportaciones. Los estamentos dirigentes del país han sido egoístas, pero no traidores, salvo excepciones. Los ciudadanos de las ciudades (perdón por el pleonasmo) hoy somos los decisivos en la contienda electoral y marchamos desde una modernidad tardía, hacia la construcción de una patria más justa, más calificada en educación, con más rectores y científicos en la política y una sociedad a cubierta con la seguridad democrática y ciudadana.

Nuestra generación ha enterrado muchos amigos y parientes, unos como víctimas, otros como victimarios quiméricos. A poco andar en este siglo habremos cerrado la doliente página de la revolución marxista, leninista y maoísta. Pero en medio de las bufonadas, presuntamente atribuidas al General Bolívar, tendremos por algunos años la amenaza fronteriza. No descansemos en trabajar por la paz interna y la convivencia entre los pueblos hermanos. Pero no bajemos la guardia para que no nos suceda lo que le sucedió a Manuelita Sáenz: que una noche septembrina casi le asesinan a su marido.

He dicho.

* Intervención en el homenaje al médico y Representante a la Cámara, Jaime Restrepo Cuartas. Medellín, Country Club, agosto 27 de 2009.

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