martes, 1 de septiembre de 2009

Colombia no gusta del chavismo

Por Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu

El Nuevo Siglo, Bogotá

Septiembre 1 de 2009


Esta semana que pasó fue crucial para el presidente Álvaro Uribe y sobre todo para la soberanía de nuestro país.

Cada vez más y ampliamente ejemplificado podemos ver la coherencia del Presidente frente a sus políticas sociales; al pedir en la Cumbre de Unasur que ésta fuera transmitida en directo para el mundo quedó demostrado que el gobierno nacional actúa de manera transparente y de cara a la ciudadanía.

Miles de personas siguieron en directo cada una de las palabras del presidente Uribe; el afecto a nuestro mandatario son fiel muestra del reconocimiento y la confianza que representa para los colombianos un gobierno capaz de defender por encima de cualquier interés la soberanía nacional y el deseo de las mayorías.

Sus palabras lo demostraron al hacer realce en el inicio de su discurso cuando fue enfático al expresarles a los mandatarios latinoamericanos, que no hay renuncia ni abdicación de la soberanía y claramente se impide la intervención de otros Estados, a lo cual recibió la defensa de todos los gobiernos.

El apoyo a la intervención que había estado buscando Chávez durante todo el mes anterior a la Cumbre, con amenazas, improperios y ridículas sentencias quedó reducido a sugerencias de los países en el cuidado que se debe tener frente a el acuerdo que en materia de Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad se firmó entre Colombia y Estados Unidos; contando también con el consenso de los países para luchar contra los grupos violentos y terroristas incluido en el acuerdo de Bariloche.

Poco pudo hacer el Chávez con sus bravuconadas, que retiran diplomáticos y pretenden rupturas comerciales sustituyendo importaciones e investigando a empresarios de bien.

Finalmente Uribe pidió que todos los acuerdos sean revisados en Unasur; nosotros no tenemos impedimento con que se miren en detalle todos los acuerdos que tenemos con EE.UU. y otros países; pero sí determinante que los gobiernos vecinos hagan control sobre las fronteras y que desde todas las estrategias individuales y conjuntas se detenga la proliferación de campamentos rebeldes.

Colombia en repetidas ocasiones ha denunciado el asentamiento de campamentos guerrilleros en países vecinos. Este gobierno ha logrado que los países de otros continentes vean las verdaderas caras de los violentos. Uribe ha llegado en muchos momentos como el blanco de acusaciones y vejámenes, pero siempre se va con la certeza del bien hacer. Chávez, por el contrario, llega en medio de ambientes hostiles que crea y pone en escena y siempre sale como el gran perdedor de esta batalla que él mismo ha montado y ha representado para el mundo.

Nuestra lucha con el narcotráfico, con el terrorismo y la defensa de nuestra soberanía nacional debe ser permanente, ningún gobierno tiene razón para intervenir en el ideario colombiano.

Ni el irrespeto de algunos saboteadores puede ganarle al buen país, que Dios proteja a nuestro Presidente.


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