sábado, 19 de septiembre de 2009

El milagro de Urabá

Plinio Apuleyo Mendoza

El Tiempo, Bogotá

Septiembre 18 de 2009


Urabá, ¿tierra azotada por la violencia? Lo fue, sí. 'Paras', guerrilla, crímenes y algo más de 180.000 desplazados. Pero allí se está realizando un milagro que no vemos en Bogotá -donde no se habla sino del referendo-, gracias a cuatro apóstoles que tuve oportunidad de conocer en un reciente viaje a esa región del país. Están comprometidos en una exitosa empresa de paz y reconciliación en un Urabá donde antes 'paras' y guerrillas imponían su tenebrosa ley.

El más inesperado de dichos apóstoles es el general Hernán Giraldo, comandante de la Decimoséptima Brigada. Sus ideas y palabras parecen más las de un sacerdote que las de un militar. Detrás de su escritorio se levanta un enorme óleo de Jesús, un Jesús vestido de blanco, cuya expresión bondadosa parece acompañar las palabras del General cuando expone su ambicioso plan de reconciliación que reúne a campesinos, guerrilleros y 'paras' desmovilizados en torno a empresas productivas. Así, al mismo tiempo que combate a la guerrilla en el Nudo de Paramillo, consolida la paz en el resto de Urabá. Ha logrado el apoyo de las comunidades indígenas, a base de imponer en la tropa un celoso respeto por su cultura y su autonomía.

A este empeño se suma la acción que desarrolla, al frente de las dependencias de Acción Social, Luis Mario Gaviria. Hermano de José Obdulio, ha tomado su cargo con el mismo sentido apostólico del General. Valeroso, pese a haber sido secuestrado alguna vez por el Eln, no vaciló en tomar contacto con los campesinos de San José de Apartadó cuando esta era zona de guerrilla. Hoy es una región segura, con educación gratuita y transporte garantizados para todos los niños, cuidados nutricionales, escuelas en todas las veredas, un puesto de salud, almuerzos gratis para los ancianos y cursos de formación impartidos por el Sena a 350 habitantes, en oficios tales como el cultivo de orquídeas.

En el resto de Urabá, gracias a Acción Social, 60.000 desplazados han regresado a sus tierras protegidos por la Fuerza Pública.


Dos personajes más, igualmente sorprendentes, tienen acciones en este milagro: el alcalde de Apartadó, Oswaldo Cuadrado, y 'Samir', ahora gestor de paz. El primero fue guerrillero del Epl; el segundo, 'Samir', era comandante del frente 5 de las Farc, organización a la cual pertenecía desde 1985. El alcalde Cuadrado, activo sindicalista después de su reinserción, tiene un fuerte apoyo popular y colabora de manera muy efectiva en la protección de los desplazados y en la coordinación de proyectos asistenciales en San José de Apartadó.

El caso de 'Samir' es extraordinario. Desertó de las Farc asqueado por los privilegios de su nomenclatura, por el tráfico de droga, los secuestros y el reclutamiento forzado de jóvenes campesinos sometidos a una vida de penurias. Hoy, como gestor de paz, busca y logra la deserción de estos últimos, al tiempo que denuncia la flagrante mentira de las Comunidades de Paz propagada en Europa por personajes como el cura Javier Giraldo y Gloria Cuartas. Dicha mentira consiste en presentar a tales Comunidades como el

único refugio que tienen los campesinos frente a una política de terror adelantada por la Fuerza Pública.

En una entrevista concedida a Fernando Londoño, 'Samir' muestra cómo la Comunidad de Paz de San José de Apartadó responde a una estrategia política de las Farc. Allí estuvo él muchas veces cuando fue guerrillero. Cuenta cómo Edward Lanchero, el encargado de dicha comunidad, le pedía que no se dejara ver con sus hombres cuando recibía la visita de misiones internacionales. Engañadas ONG de Noruega, Suecia y Dinamarca le dan aún millonarios aportes, mientras mujeres y niños trabajan allí en situación de extrema pobreza. Según 'Samir', son víctimas de una dura explotación.

¿Se ignora todavía esta realidad? Tal vez. Basta ir allí para ver cómo los verdaderos apóstoles de Urabá no están guiados por Giraldo, el cura, sino por Giraldo, un general devoto de Jesús.

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