lunes, 21 de septiembre de 2009

La reculada socialdemócrata

Por Rodrigo Pombo Cajiao

El Nuevo Siglo, Bogotá

Septiembre 20 de 2009


EL jueves de la semana que termina el gobierno socialdemócrata de Evo Morales tomó una decisión trascendental: asumió, como cierto, que sus políticas macroeconómicas son un total fracaso.

Las políticas de nacionalización de empresas, -entre las que se destacan las del sector minero- y el autarquismo económico impuesto por los “Moralistas” son tan anacrónicas como equivocadas. Las circunstancias y vivencias de la modernidad, con la globalización incluida, impiden la aplicación exitosa de tan absurda postura política.

Los efectos, al alcance de la mano: el pueblo boliviano, nuestros compatriotas, se hunden cada vez más en la pobreza, pobreza que es, como lo pregona el mismo Evo, “100% boliviana”.

Pero la decisión de esta semana de abrir las fronteras y permitir el ingreso de capital extranjero, inclusive, para la explotación y exploración de fuentes mineras, constituye un trascendental quiebre en la visión del Estado boliviano así como una confesión tácita pero contundente del rotundo fracaso de las políticas socialdemocráticas.

Más de 1.600 millones de dólares invertirá Repsol en los próximos días en el negocio minero en suelo boliviano. Hago hincapié en que Repsol es, además de una compañía extranjera, española, huelga decir, una multinacional de origen “imperial”. De esa potencia que, en el discurso del presidente Morales, es la causa eficiente de todos nuestros males; los saqueadores y abusivos explotadores; los que ultrajaron a nuestras mujeres y avasallaron a nuestros abuelos. Esos imperialistas despiadados y crueles hasta los tuétanos son los que, de entrada, creyeron en la “mano extendida” de Bolivia y en sus necesidades.

Esos atracadores y criminales del pasado vuelven con las suyas en el presente pero ahora, bajo la expresa solicitud de un indio que no sabe dónde está parado no obstante alzarse con las banderas de mando bolivianas.

Mientras que la República Bolivariana de Venezuela continúa víctima de su enorme riqueza petrolera, la Boliviana, mucho más pobre y maltrecha, recula y decide que los españoles y los extranjeros no son tan malos, perversos, ladrones y criminales como fueron tachados en el pasado.

¿Cuánto tiempo durará la decisión?

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