domingo, 6 de septiembre de 2009

Ocaso del Proyecto Bolivariano

Por Marcos Peckel

El País, Cali

Septiembre 05 de 2009

El primer campanazo, quizás, le fue dado a la avanzada bolivariana en el Parlamento brasileño cuando este bloqueó la entrada de Venezuela al Mercosur a raíz del cierre de RCTV, acción duplicada por el Parlamento paraguayo.

Con una mezcla de petrodólares, caudillismo, mitomanía, retórica antiimperialista trasnochada y una difusa ideología bolivariana cada vez más cercana al marxismo-leninismo, Chávez desarrolla su proyecto continental a través de organismos como el Alba, empresas como Petrocaribe, Petrosur y Telesur, y apoyo a partidos políticos y grupos afines en varios países.

La vigencia del proyecto bolivariano depende de la permanencia en el poder de personajes afines a Chávez que, para lograrlo, deben hacerse reelegir permanentemente. No es sostenible con regímenes democráticos basados en alternancia. El proyecto bolivariano no es Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, es Chávez, Evo, Correa y Ortega. El Alba, a pesar de una encomiable y avanzada declaración de principios, está constituida por personajes como estos y unos islotes del Caribe ávidos de petróleo venezolano barato.

La caída de Zelaya en Honduras constituye un golpe de gracia al proyecto bolivariano, independiente de la forma en que este fue retirado del poder. La misma Cuba, gestora de la idea del Alba, se acerca a Estados Unidos y es predecible que una vez desparecidos los hermanos Castro este acercamiento se acelere a la vez que el alejamiento del régimen chavista.

La reciente cumbre de Unasur en Bariloche pudo haber demostrado la soledad de Uribe y de Colombia, sin ser ninguna manera la primera vez que nuestro país está en contravía a las naciones del continente, pero demostró también la soledad de Chávez, pues sus tesis, retórica y métodos no son aceptados por los países suramericanos. La diferencia está en que Uribe no tiene ambiciones continentales y Chávez sí las tiene y ahí radica su fracaso en Argentina.

En los países donde se celebrarán elecciones en el futuro cercano, caso Chile, Argentina y Brasil, el proyecto bolivariano es rechazado por los candidatos así sean de izquierda. Chávez es un personaje radioactivo y su mera sombra asusta y aleja.

El proyecto bolivariano de Chávez languidece pero las secuelas que ha dejado se agravan. Las muy deterioradas relaciones de Venezuela con Colombia, la situación en Honduras, el declive de la OEA, el armamentismo y la división latinoamericana.

Lo paradójico y trágico es que entre más se le cierra el camino al proyecto bolivariano en el continente más se radicalizará la revolución bolivariana al interior de Venezuela, aumentará el aislamiento del régimen de Chávez y será el pueblo venezolano, al igual que durante décadas fue el pueblo cubano, el que termine sufriendo las consecuencias de las políticas del teniente coronel. Mucha menos democracia, mucha menos libertad de expresión, mucha menos libertad política y social, mucha más corrupción y una economía basada en un modelo que ha fracasado una y otra vez en diferentes lugares del planeta.

El Libertador debe estar revolcándose en su tumba al ver las andanzas del su autoproclamado heredero.

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