lunes, 21 de septiembre de 2009

Pelé elogia a Di Estéfano

Por Jaime Jaramillo Panesso

El Mundo, Medellín

Septiembre 20 de 2009

Cuando los colombianos en 1949 vimos jugar al futbolista argentino Alfredo Di Estéfano, La Saeta Rubia, nos dimos cuenta porqué marcó el gol más rápido de la historia a los ocho segundos de haber comenzado un partido en su país. Llegó para jugar con Millonarios y lo hizo campeón tres veces y luego se marchó al Real Madrid para quedarse en España.

Hace unos pocos días, en Madrid, Edson Arantes do Nascimento, el Rey Pelé, La Perla Negra, dijo en una entrevista: “La gente discute si Pelé o Maradona. Para mí, Di Estéfano es el mejor, es mucho más completo. Maradona era un gran jugador, pero no pateaba bien con la derecha y no hacía gol de cabeza. El único gol de cabeza importante que marcó fue con la mano”. Contundente Pelé. En estos días que se juega la clasificación para el Mundial, hemos visto en los partidos que la selección argentina perdió ante Bolivia y

Brasil, a un hombrecito con aretes comiéndose las uñas, en un estado angustioso que despierta lástima.

Diego, el director técnico, aliviado de sus vicios y adicciones que le quemaron sus fosas nasales y sus cornetes, no tiene a la mano las voces de Chávez y de Fidel para que soplen al oído los consejos deportivos que requiere en su hora de adversidad, porque sus dos ídolos son beisboleros y nada conocen de quienes juegan con un balón en los pies y en la ‘bezaca’, como señala el lunfardo. El pobre Maradona, con la iglesia que lleva su nombre y su inspiración ególatra, estará rogándose a si mismo, como un dios rioplatense y aporteñado, que irrumpa la inspiración divina en los guayos fatigados de su selección nacional. Y saldrán adelante porque, a pesar de la mano de los Kirchner, que seguramente incidió para que el petizo quedara como Director Técnico, Messi y sus compañeros estarán en el Mundial.


Mientras tanto el Rey Pelé, el mejor de Hispanoamérica en toda la historia del futbol, podrá exhibir sin chicanería su hoja de vida deportiva y ciudadana, ejemplo de vida sana y de caballerosidad. Pelé nació en 1940 en el estado de Minas Gerais y a los once años reclutado para el Santos Futbol Club, donde uno de sus directivos percibió que sería el mejor del mundo, palabras premonitorias del futbolista Waldemar de Brito. Debutó en la Primera División del Brasil en 1956 cuando produjo su primer gol. Durante su carrera, Pelé jugó 1.366 partidos y anotó 1.282 goles. Con la selección de Brasil disputó cuatro mundiales habiendo sido campeones en ese nivel durante las gestas de 1958, 1962 y 1970. Ganó con el Santos dos copas Intercontinentales y dos copas Libertadores de América. Fue campeón once veces con ese mismo equipo en la Liga Paulista. Con el Santos fue campeón de la Copa de Brasil en 1968, y con el equipo Cosmos, campeón en la Liga de Estados Unidos 1977.


Pelé se distinguió por la rapidez en sus desplazamientos en la cancha y sus arqueadas piernas goleadoras. Llegó a marcar ocho goles en un solo partido. Se retiró del deporte en l970, pero fue nombrado embajador internacional para el futbol, donde hizo hincapié en la labor por la paz y el entendimiento entre las naciones y los pueblos. Recibió el Premio Internacional de la Paz y ha sido embajador de la Unicef. Toda una vida ejemplar y digna, sin protagonismos malevos ni escándalos de hospital.

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