miércoles, 9 de septiembre de 2009

Pruebas del salvajismo

Editorial

El Colombiano, Medellín

Septiembre 9 de 2009

Ninguna sociedad civilizada puede admitir el trato cruel, salvaje e indigno dado por las Farc a los miembros de la Fuerza Pública secuestrados. Se debe exigir su liberación inmediata y sin condiciones, so pena de las condenas nacionales e internacionales por la ostensible violación a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario.

Las pruebas de supervivencia de los diez miembros de la Fuerza Pública secuestrados por las Farc son la comprobación absoluta de la barbarie perpetrada por el grupo terrorista. Nos conmueven hasta lo más profundo las deterioradas figuras de los servidores públicos plagiados hace cerca de 11 años. Encadenados al cuello y sujetos con candados, como si se tratase de fieros animales. ¿Reflejará ello también el deterioro físico, moral y económico en que se encuentra la organización insurgente? Todo parece indicar que así lo están: acorraladas.

¿Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos habrán denunciando estos crímenes ante la Corte Penal Internacional (CPI)? Las razones legales están dadas: violación por parte de las Farc al artículo 3, común a los Convenios de Ginebra, que prohíbe los tratos humillantes y degradantes, y a los artículos 7 y 8 de la CPI, que establecen como delitos de lesa humanidad la encarcelación u otra privación grave de la libertad física, en violación de normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH).

Llama la atención la diferencia entre el estado físico y mental de los diez uniformados conocidos el pasado lunes, con el de los nueve de la semana anterior, según las pruebas de supervivencia entregadas por la senadora Piedad Córdoba. En esa ocasión la congresista afirmó que no podía presentar todas las pruebas porque la inteligencia del Estado les hacía seguimiento.

Sin embargo, esto no está claro. Al contrario, queda más bien la duda de sí las Farc manipulan las pruebas antes de hacerlas públicas. Inquietud que compartimos con el General Freddy Padilla, pues posiblemente la USB incautada, iba a ser maquillada ya que el grupo guerrillero "nunca entrega videos donde se muestren las condiciones de los cautivos que perjudiquen su imagen a nivel nacional o internacional". Además, creemos que es hora de revisar el sistema penal. No es lógico que por un formalismo se haya dejado en libertad a quien traía semejante encargo. ¿Será que la juez logró sacarle alguna información al emisario, por mínima que fuera, para encontrar y rescatar a los servidores públicos? Ojalá así haya sido.

Lo que no podemos perder de vista es que las Farc son las únicas culpables y responsables del secuestro de los uniformados. Cosa diferente es la acción del Estado y la sociedad para tratar de devolver a la libertad a quienes injustamente están privados de ella. No está permitida nuestra indiferencia frente al comercio de la persona humana, que ha pretendido imponernos el grupo guerrillero.

Nos preocupa el futuro de los secuestrados. Ya el Gobierno Nacional ha facilitado su liberación, pero les ha exigido a las Farc que lo hagan en forma simultánea. Petición en la que no está solo. La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, solicitó la "liberación inmediata y sin condiciones de todas las personas secuestradas, incluyendo a aquellas que, retenidas por razón del conflicto, sufren reclusiones prolongadas en completo desprecio por los estándares mínimos de dignidad y humanidad que el DIH exige".

Reiteramos nuestra posición en el sentido de que la libertad de todos los secuestrados es un importante paso en el camino de la paz, que se inicia con una reunión entre las partes con el fin de establecer un diálogo formal, para luego fijar un esquema de negociación y finalmente entrar a negociar. Lo que podría llevar a una paz firmada. Y luego a la auténtica paz, a la vivida y aceptada por la sociedad en pleno.

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