lunes, 21 de septiembre de 2009

Un concierto de amor y paz

Editorial

El Colombiano, Medellín

Septiembre 21 de 2009

La intención de Juanes, blanca como las prendas que vistieron él y sus invitados, fue una proclama simple y conmovedora, que ayer alzó vuelo desde La Habana: Si te pones a pensar, la libertad no tiene propiedad... Es tiempo de cambiar el odio por amor.

"Este es el sueño más hermoso de paz y de amor. Esto es amor verdadero y celebro profundamente poder estar aquí, por encima de cualquier diferencia. Al final, muchachos, todos somos hermanos".

El saludo de Juanes en La Habana, a las 3:55 p. m., hora de Colombia, fue el eco sincero de la propuesta de un artista comprometido, que entiende su música como una forma de unir a los pueblos; que entrega las letras de sus canciones como verdades de un ser humano que no quiere ver y vivir, ajeno y en silencio, la injusticia, la violencia, el dolor del secuestro o la pérdida de un amigo.

Y ayer lo volvió a demostrar, en compañía de 14 artistas y amigos, y un coro de más de un millón de personas. Juanes no se conforma con ser la voz de un cantante que obtiene premios y vende millones de discos. Trasciende el escenario musical y entra en el social, en el de la responsabilidad de un ciudadano que se percibe como parte de la solución y actúa en consecuencia.

Por eso, en sus composiciones expone sus ideales. En Sueños , pide libertad para los secuestrados: "Sueño libertad para todos los que están secuestrados hoy en medio de la selva. Y sueño con la paz de mi pueblo desangrado y con el final de esta injusta guerra".

En Volverte a ver, se calza las botas de un soldado en el campo para decir: "Daría lo que fuera por volverte a ver. Daría hasta mi vida y mi fusil, mis botas y mi fe. Por eso en la trinchera de mi soledad, tus ojos son mi luz y tu esplendor mi corazón".

Con ese mismo empeño, hace un año abrió su corazón, y ante la crisis diplomática de marzo entre Colombia, Ecuador y Venezuela, Juanes entregó su música y la de sus amigos en la fronteriza Cúcuta. Como ayer, vistió de blanco absoluto y elevó sus canciones como proclamas pacíficas y posibilidad de encuentro.

En su voz, cuando canta, no hay política, y aunque algunas de sus opiniones puedan ser interpretadas como tal, el cantante paisa reitera con claridad la raíz de sus propuestas: llevar alegría a los pueblos, cantar en compañía de un coro multitudinario que nace del corazón y que no mira el color de la piel, la filiación política o la condición social.


La intención de Juanes, blanca como las prendas que vistieron él y sus invitados, fue una proclama simple y conmovedora, que ayer alzó vuelo desde La Habana para todo el mundo y que el próximo año se oirá en Ciudad Juárez, México: "Si te pones a pensar, la libertad no tiene propiedad...".


Ya lo dijo el parcero a viva voz ante los jóvenes que lo aclamaban: "vinimos a Cuba por amor. Venzamos el miedo y podemos llegar a entender lo importante que es cambiar el odio por amor".

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