Por Gustavo Sierra Prieto
El NuevoSiglo, Bogotá
Agosto 6 de 2009
La actual crisis de Colombia y Venezuela comenzó con el reproche del presidente Chávez contra el Gobierno colombiano por el convenio militar con E.U. para el fortalecimiento de varias bases militares con personal norteamericano, y se agudizó con la explicación solicitada por
El reproche sobre el incremento de ayuda norteamericana a Colombia por parte del presidente Chávez es injusto y folclórico, debido a que él sí puede firmar acuerdos con Rusia e Irán para fortalecer su aparato militar, no sólo desde el punto de vista de material bélico, sino también desde el punto de vista de armas nucleares, y según él, esta no es una amenaza para la seguridad del continente americano, porque se hace con fines pacíficos, pero las bases militares en Colombia sí son una amenaza para la revolución bolivariana. ¡Que conclusión tan cínica, ilógica e irreal!
Además, comienza como siempre a ofender al presidente Uribe y al pueblo colombiano y a tomar las mismas decisiones primarias de todas las crisis: congelar las relaciones, retirar el embajador en nuestro país, llevar a cabo restricciones al comercio y amenazar con expropiaciones a las empresas colombianas radicadas en Venezuela, decisiones que me parecen, además de apresuradas, supremamente graves, sobre todo las dos últimas, porque no podemos continuar “chantajeados” por el Gobierno venezolano cuando solicitamos una explicación viable para nuestra seguridad nacional.
Es cierto que se mueven 6.000 millones de dólares al año en el comercio de los dos países, y que de él dependen siete millones de ciudadanos colombianos que habitan en los
Por lo anterior tenemos que explotar nuestro sentimiento nacionalista de colombianos y todas las fuerzas vivas de la nación pedirle una explicación clara, concreta y objetiva, directamente al presidente Chávez “del por qué esos lanzacohetes aparecieron en manos de las Farc”.
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