lunes, 3 de agosto de 2009

Correa emula a Ernesto, el del proceso 8000

Por Raúl Lombana Hernández

El Tiempo, Bogotá

Agosto 3 de 2009


Desde el bombardeo al campamento ubicado en la provincia amazónica de Sucumbíos el 1 de marzo del año pasado y en el cual fue abatido el segundo cabecilla de la organización terrorista de las FARC, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha estado en el ojo del huracán. Ahora, lo que tiene enredado al mandatario de Ecuador es la cantidad de material que se recabó en el sitio del bombardeo, entre ellos, unos computadores con abundante información sobre las actividades del grupo terrorista. En toda la información que se ha dado a conocer parcialmente a la opinión pública, el nombre de Correa es reiterado.

Los últimos videos que se han conocido involucran al gobernante ecuatoriano como también a algunos de sus antiguos colaboradores de tener vínculos con las FARC. Además, un supuesto "testamento" del abatido alias Reyes ha salido a la luz pública y compromete de nuevo a las mismas personas. Es decir, el acervo probatorio en contra del mandatario vecino y sus ex asesores es contundente, de ahí su actitud hostil contra el gobierno colombiano, al cual ve como enemigo, debido a que la acción del gobierno colombiano contra la estructura terrorista permitió conocer los vínculos que hoy lo tienen en la picota pública.

Ha transcurrido más de un año desde aquel día y Rafael Correa no para de defenderse ante las nuevas evidencias que surgen a diario. Cada vez, éstas son más evidentes y lo acorralan peligrosamente, debido al grado de participación en que se encuentra sumido el mandatario con la estructura considerada por la comunidad internacional como terrorista. Sin lugar a dudas, éste acervo probatorio en su contra lo podría llevar al banquillo de los acusados en la Corte Penal Internacional.

Desde el principio, Correa empezó negando los vínculos de él y sus colaboradores con las FARC. Durante meses, a pesar de las pruebas contundentes, su posición fue la de tratar de desvirtuar toda la evidencia en su contra. En muchos casos, ha recurrido a decir que todo es un "burdo montaje" en su contra orquestado por el gobierno colombiano y el imperio "Yanqui".

Ahora, a raíz del supuesto "testamento" del abatido Reyes, que su gobierno dice haber encontrado en el campamento de Sucumbíos, la inocencia de sus ex colaboradores es puesta en duda. Según fuentes ecuatorianas, el manuscrito revela comprometedores detalles sobre las relaciones del mandatario y su sequito de asesores con las FARC. Lo increíble de este documento, es que se está convirtiendo en la prueba con la que pretenden desvirtuar los cargos en contra de Correa. Los que sí no salen bien librados son sus aliados de esa época, en su orden Gustavo Larrea, José Ignacio Chauvin y Jorge Brito. Es decir, desde ya se prevé que éstos se convertirán en los "chivos expiatorios" para salvar al presidente Correa.

El giro que están dando los eventos en el caso de los vínculos de las FARC con Correa, hace recordar al pueblo colombiano la época del proceso 8000.

El proceso 8000 fue el escándalo que marcó para siempre al ex presidente Samper. Hay que recordar que este proceso judicial se originó por las denuncias que hizo el ex candidato y luego presidente Andrés Pastrana en contra del mandatario por haber recibido supuestamente recursos del narcotráfico para la campaña presidencial de 1994. Lo que desencadenó toda esa investigación, fueron unos casetes de audio en donde se hablaban de los acuerdos que permitirían el financiamiento de la campaña de Samper por parte de los hermanos Rodríguez Orejuela, líderes indiscutibles del Cartel de Cali.

Pues bien, igual a lo que actualmente hace Correa, Samper negó desde el principio cualquier vínculo con la mafia y, mucho menos, haber recibido dinero de ésta para su proselitismo político. Las investigaciones fueron sacando a la luz pública evidencia contundente en contra del ex presidente. A pesar de la gravedad del material en su contra, él seguía defendiéndose, usando los mismos argumentos que hoy usa Correa, diciendo que todo era un montaje en su contra por parte de Andrés Pastrana, a quien consideraba un mal perdedor.

Todos los días el país era testigo de la verdad de lo sucedido. Las pruebas en contra de la campaña de Samper eran inocultables. Ya no sólo su nombre figuraba en la información recabada por las autoridades, sino también los de sus más cercanos colaboradores. Sin lugar a dudas, el cerco se fue cerrando, lo que empezó a provocar rupturas en el juramento de lealtad que habían hecho los implicados. Mientras Ernesto Samper se batía con las pruebas en su contra, sus aliados buscaban de todas las formas posibles restarle credibilidad al material presentado por los organismos de investigaciones.

Hoy, Correa parece estar siendo asesorado en el mismo sentido. La estrategia que está usando para defenderse cada día se parece más a la usada por Samper en el pasado. El mandatario ecuatoriano ante el acervo probatorio en su contra le ha tocado fabricar evidencia que apunte directamente a sus ex colaboradores y lo exima a él de toda responsabilidad. Lo que no se sabe, es si los implicados están al tanto de lo que trama su ex jefe.

Volviendo de nuevo al pasado, el cerco a Samper se estrechaba cada día más. En el país se decía que la única salida del mandatario era renunciar y así evitarle a la nación el escarnio internacional. Al ver que el "agua le llegaba al cuello", él tomó la decisión arriesgada de tratar de desviar la atención de las investigaciones hacia sus más cercanos colaboradores de su campaña. Para ello, decidió inculpar a los miembros de su equipo, logrando que hubiesen sido judicializados por, según él, haber recibido dineros de la mafia sin su consentimiento. Para defenderse él, apeló a decir que los recursos del Cartel de Cali sí habían ingresado a su campaña, pero a sus espaldas.

Correa parece estar siguiendo los pasos de Samper, ahora trata de desviar la atención en su contra. Ha desplegado un plan que permite inculpar a sus antiguos colaboradores, prueba de lo anterior es el supuesto "testamento de Reyes" que ha aparecido como por arte de magia. Sin lugar a dudas, este documento no desvirtúa el ingreso de dineros de las FARC a la campaña de Correa, pero le permite defenderse al asegurar que si se hizo fue sin su autorización.

Ahora bien, las similitudes de ambos personajes para defenderse de los cuestionamientos en su contra no parecen fortuitos ni pura coincidencia. El viaje del ex presidente Samper a Quito (Ecuador), un año después del bombardeo, para reunirse con el mandatario ecuatoriano causa suspicacia. Las declaraciones que ha venido dando Samper entorno a lo sucedido en Sucumbíos ratifican que él puede estar detrás del giro que empezó a dar el presidente Correa, en donde traslada la responsabilidad a sus ex colaboradores. Aún más, el pueblo colombiano piensa que el ex presidente colombiano se ha convertido en su asesor para esquilmar a la justicia no sólo ecuatoriana, sino también a la internacional.

Lo anterior puede parecer traído de los cabellos, pero las declaraciones hechas por Samper en contra del operativo realizado por las fuerzas armadas colombianas en Sucumbíos, como también las que buscan arropar con un manto de dudas las pruebas recabadas en contra de Correa, lo convierten en un colaborador cercano del gobernante ecuatoriano. Detrás de su supuesta preocupación por el intercambio humanitario, lo que se oculta es que el viaje realizado en marzo de este año a Ecuador lo que buscaba era prestarle asesoría de como manejar el espinoso tema de los vínculos con las FARC, él ya está curtido en estas lides y su experiencia es invaluable para el caso de marras.

Por último, cuando se revisan todas las declaraciones que ha dado el ex presidente colombiano acerca de este tema, realmente preocupa la manera cómo un personaje de su talla no escatima alinearse del lado del bando contrario. Su animadversión hacia el presidente Uribe lo lleva a jugar peligrosamente en el equipo contrario. Sus actuaciones son más parecidas a un enemigo de la patria que a la de un ex presidente de la república.

La ñapa: El gobierno colombiano debe seguir en la ardua tarea de mantener al margen a la comunidad internacional sobre el acuerdo que permite el uso de las bases colombianas por parte de militares estadounidenses. Colombia es un Estado soberano, por lo tanto, las decisiones que tome hacen parte de la libre autodeterminación de los pueblos.

dcaribemanifiesto@hotmail.com

No hay comentarios: