viernes, 14 de agosto de 2009

El abrazo de Méjico

Editorial

El mundo, Medellín

Agosto 14 de 2009

Desde que ganó en franca lid la Presidencia de Méjico en el 2006 hemos tenido al presidente Felipe Calderón como un gran amigo y aliado de Colombia en Latinoamérica y en lo que va de su mandato ha sido especialmente generoso en manifestaciones de respeto, solidaridad y colaboración con los más altos intereses de Colombia y de sincera amistad hacia el presidente Álvaro Uribe, lo primero porque mejicanos y colombianos nos enfrentamos a problemas similares de narcotráfico y terrorismo y lo segundo porque pocas veces se da una coincidencia tan grande entre dos mandatarios sobre la forma de combatir esos dos flagelos.

Hace apenas dos meses y medio tuvimos la grata visita a Medellín del presidente Calderón y su esposa, la licenciada Margarita Zavala de Calderón, invitados especiales del Gobierno colombiano, la Universidad Sergio Arboleda y la Fundación Víctimas Visibles, para clausurar el V Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo, y ayer en Bogotá el mandatario mejicano concluyó una visita de Estado de dos días, durante los cuales compartió con el presidente Uribe la inauguración de la XXII Feria Internacional del Libro, en la que Méjico es invitado de honor; depositó una ofrenda floral ante el monumento del Libertador Simón Bolívar; recibió las llaves y el título de Huésped Ilustre del Distrito Capital de manos del alcalde Samuel Moreno; sostuvo largas reuniones de trabajo con su colega, al final de las cuales emitieron un comunicado conjunto y suscribieron importantes acuerdos comerciales, culturales y de cooperación judicial y de inteligencia en la lucha contra el crimen organizado; sostuvo reuniones con el presidente de la Corte Suprema de Justicia y con los dignatarios del Senado y la Cámara de Representantes y le alcanzó el tiempo para visitar el Centro Cultural García Márquez, del Fondo de Cultura Económica.

Al final, los dos mandatarios suscribieron una Declaración de 44 puntos, en la que hacen mención de los avances y proyecciones en toda la amplia gama de asuntos de las relaciones bilaterales. En el campo de la justicia y la lucha anticrimen, destacamos “su interés en suscribir un Acuerdo de Asociación Estratégica entre los dos países, para lo cual instaron a sus respectivos cancilleres a examinar esta iniciativa”; su coincidencia en “la importancia de actualizar el marco legal para la cooperación jurídica bilateral” para lo cual “exhortaron a sus respectivas autoridades a concluir en el más breve plazo las negociaciones para actualizar el Tratado de Extradición bilateral que data de 1928, así como el Tratado de Asistencia Jurídica de 1998”. En este frente ya se han hecho cuatro reuniones del Grupo de Alto Nivel de Seguridad y Justicia, una de cuyas tareas fue poner en marcha el Programa de Cooperación Policial Colombia–México, que incluye la capacitación por parte de Colombia de investigadores de la Policía Federal de México, adscrita a la Secretaría de Seguridad Pública.

En el frente comercial, donde la balanza es ampliamente favorable a Méjico y por eso hemos reclamado una revisión del G-2 (lo que queda del G-3 con Venezuela) para que el tratado incluya el ingreso a ese importante mercado de nuestros productos agropecuarios con bajos aranceles, los presidentes dieron la buena noticia de “la conclusión del proceso de negociación para la profundización del Tratado de Libre Comercio vigente entre ambos países, que será sometido a ratificación de los respectivos legislativos de cada país. Con dicha profundización se incorporan nuevos productos al proceso de desgravación y se modifican ciertas reglas de origen del Tratado con el propósito de mejorar el acceso a los mercados de ambos países”, según reza la Declaración.

Cabe un paréntesis para resaltar la tremenda dinámica que ha tomado el comercio bilateral en los últimos tres años, hasta alcanzar los 4.000 millones de dólares anuales, en un proceso ininterrumpido desde la firma del Tratado de Libre Comercio del llamado G3, en 1995, del que desistió Venezuela, y que ha permitido desde entonces un crecimiento de 860% en el intercambio de bienes y servicios, según anotó el presidente Calderón. Un paso importante en el fortalecimiento de las relaciones comerciales dieron ayer los dos presidentes con la firma del convenio que elimina la doble tributación y previene la evasión fiscal en relación con los Impuestos sobre la Renta.

Al margen de la Declaración, que contiene muchos otros aspectos de interés que no cabe comentar en tan breve espacio, el presidente Calderón, en la rueda de prensa conjunta con el presidente Uribe y a instancias de los periodistas, dio un respaldo inusitado y con nombre propio a la política “bandera” del Gobierno colombiano: “Compartimos el ideal de lograr para nuestros pueblos la Seguridad Democrática a la que tienen derecho, y de ver a nuestra América Latina, y desde luego a Colombia y a México, transitar por caminos de paz, de libertad y de orden, que sólo la seguridad democrática puede proveer”. Sobre nuestro acuerdo de cooperación militar con EEUU dijo que “en Méjico respetamos la decisión que asuma cualquier país en función de la salvaguarda imprescindible de su soberanía y de la seguridad de los ciudadanos”, y en una clara alusión a la tesis de que Colombia exporta un problema que no compete a sus vecinos, el amigo Calderón fue categórico: “El crimen organizado no actúa de manera aislada, ni actúa tampoco solo en los ámbitos nacionales. El crimen organizado tiene claramente un comportamiento transnacional, continental”.

Nos alegra tener tantas coincidencias con el Presidente de Méjico, a quien agradecemos su visita y le extendemos la invitación para que lo haga cuantas veces quiera.

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