sábado, 15 de agosto de 2009

Las crisis de las crisis

Por Jaime Alzate Palacio

La Patria, Manizales

Agosto 15 de 2009


Sólo le pido muy cordialmente al presidente Uribe que se abstenga de darle la mano efusivamente a los dos sátrapas y conserve sus sonrisas para los verdaderos amigos.

La situación del país se puede dividir en dos facetas claramente identificadas, y que nos han tenido en vilo por ya un largo tiempo.

Por una parte hemos tenido que enfrentar en una forma dramática la situación de pánico que ha azotado al mundo como resultado de los malos manejos económicos que le han dado los países más poderosos del mundo a la economía. Estos han creado una situación de desbarajuste que nadie se esperaba, por el exceso de libertinaje que históricamente se le ha dado a sus poderosas entidades financieras, las cuales, durante todo el tiempo transcurrido desde el fin de la segunda guerra mundial y abusando de sus poderes, basados en principios que dieron en llamar democráticos, no permitieron que los gobernantes de las potencias, establecieran medidas de control estrictas que hubieran evitado las barbaridades que nos ha tocado sufrir.

Ahora que las cosas parece que están retornando lentamente a su normalidad, el mundo puede con una mejor óptica analizar detenidamente qué fue lo que pasó, y hacer todo lo posible para que, utilizando férreas medidas de control, no vuelvan a presentarse hechos vergonzosos como los que acostumbraban hacer los altos heliotropos financieros, regalándose bonos dizque por méritos, que sobrepasaban los límites que cualquiera se pudiera imaginar.

El nuevo gobierno gringo parece decidido a acabar con todas esas prebendas, lo que sin duda volverá a dar calma al mundo, y permitirá que dentro de una sociedad democrática y civilizada, también se eliminen los excesos a que nos tenían acostumbrados sin miedo a ser tildados de socialistas, que es con lo que se defienden atacando, los socios del capitalismo salvaje.

Nuestro país afortunadamente ha sido manejado en este aspecto con moderada prudencia, y si bien es lógico que también nos tocó sufrir, y aún estamos sintiendo, los embates de lo que pudo haber sido una tragedia mayor, parece que ya hacia el fin de este episodio, no nos fue tan mal como a otros vecinos, quienes haciendo el papel de las cigarras, se dedicaron a bailar al son de los tambores de guerra, sin que les hubiera pasado por la única neurona, que sus pueblos han tenido que soportar duras etapas de extrema pobreza, cuyo fin no se ve muy cerca.

La otra crisis, de la cual ya estoy “jarto”, como lo estamos todos los colombianos, tuvo su primer fracaso en Quito, ante la inteligente decisión del Dr. Uribe de no asistir al conciliábulo preparado para insultarlo a él y a nuestra patria, lo que dejó a los conocidos mamertos dándole golpes al aire y confirmado la ridiculez de sus actitudes.

Ahora viene la segunda reunión en Argentina. Confieso que no me gusta para nada que la anfitriona sea la primera “dama” de ese país, cuyas actitudes ya conocemos de sobra y que se confirmaron al venirse como un ave de rapiña en picada, a recibir los sobrados de carroña que le está tirando el grosero bocón, para ponerla de rodillas a ella y a su desagradable marido.

Esta vez no nos tomarán de sorpresa sus desmanes verbales, ni los del mariquetas del círculo rosado, porque los puntos que solicita introducir nuestro gobierno en la agenda tendrán que ser debatidos con la fuerza de los hechos y no con las groserías rastreras a que nos están tratando de acostumbrar
Finalmente, sólo le pido muy cordialmente al presidente Uribe, que con toda la educación y la diplomacia que lo caracteriza, y que tanta altura le ha dado al país, se abstenga de darle la mano efusivamente a los dos sátrapas y conserve sus sonrisas para los verdaderos amigos.

P.D.: El problema de una mujer con el corazón destrozado, es que comienza a repartir pedazos.

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