Por Rudolf Hommes
El Colombiano, Medellin
Agosto 2 de 2009
Lo que parece claro es que Gabriel Silva es una persona importante, bien conectada, y que no va a ser un segundón en el cargo, ni ficha de Santos o de César Gaviria. El presidente pudo haberlo nombrado precisamente porque en este momento necesita a alguien así, con la experiencia que tiene en relaciones internacionales y el conocimiento de Washington para que le maneje lo de las bases gringas, los problemas de derechos humanos y demás espinas en la relación con los Estados Unidos, y exhiba dotes de alta diplomacia frente a las hermanas repúblicas del vecindario. Esta parece ser una explicación sensata. Silva posee una mente estratégica y una educación complementaria que pueden ser muy útiles para seguir los pasos de su mentor en el Ministerio y continuar la labor de inteligencia que ha sido tan eficaz para debilitar a la subversión. Un atributo adicional que tiene Silva es que no tiene lazos con los paramilitares o con otros grupos armados criminales o ilegales. Por el contrario, durante el gobierno de Barco estuvo muy involucrado en problemas de defensa y con Gaviria estuvo metido en la lucha contra el narcotráfico, en colaboración con Estados Unidos. Con seguridad va a tratar de hacer un buen ministerio.
Después de haber sido jefe de Camilo Ospina y de conocerlo durante varios años, me siento en la obligación de decir que se le está haciendo mucho daño a un profesional honorable y distinguido. Fue secretario general del Ministerio de Hacienda casi tres de los cuatro años durante los cuales tuve ese Ministerio a mi cargo. Fue mi ángel guardián legal en ese período difícil. En ese cargo fue un funcionario ejemplar y un profesional intachable. Es inflexiblemente respetuoso de la ley y muy consciente de que un funcionario debe ser impecable. Si por algo peca es por exceso de ortodoxia. Fue uno de los líderes estudiantiles del movimiento de la "séptima papeleta" y puede reclamar un papel en la gestación de
No hay comentarios:
Publicar un comentario