martes, 11 de agosto de 2009

Unasur: frutos de la "gira muda"

Editorial

El Colombiano, Medellín

Agosto 11 de 2009

Ayer quedaron dos cosas bien claras en el Continente: que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) opera por consensos y no por las voces altisonantes de unos cuantos de sus miembros. Y que la gira del Presidente Uribe sirvió para que sus homólogos oyeran razones y no sólo estridencias.


Así se concluye de lo acordado en la declaración final de
la III Cumbre de Jefes de Estado, al no pronunciarse sobre la presencia de efectivos estadounidenses en bases de Colombia, y al citar a una reunión extraordinaria en Argentina para discutir, en presencia del Mandatario colombiano, el tema de la ampliación del acuerdo militar con Estados Unidos.


A su vez, los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa tendrán una reunión en Quito el próximo 24 de agosto, con "el ánimo de fortalecer el diálogo y el consenso en materia de defensa mediante el fomento de medidas de confianza y transparencia".


Si bien las anteriores decisiones tienen su origen en la ampliación del acuerdo de cooperación militar, consideramos conveniente que en estas reuniones también se reflexione, por ejemplo, sobre la carrera armamentista de Venezuela. ¿Por qué continuar guardando silencio sobre la presencia de tropas de Rusia en su territorio? La confianza y la transparencia tienen que exigírseles a todos los Estados miembros, es decir, a los doce integrantes de Unasur.


Venezuela, Ecuador y Bolivia ven en el uso de las bases militares colombianas, por parte de algunos efectivos estadounidenses, una amenaza regional, y no lo que realmente es: una estrategia en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. En forma irresponsable, Hugo Chávez afirma que se puede generar una guerra en Suramérica.


Colombia entiende muy bien la necesidad de alcanzar una convivencia pacífica en la región y rechazar, en todo caso, la violencia armada, el narcotráfico y el terrorismo, sea cualquiera su origen. Razón por la cual hace parte de Unasur y del Consejo de Defensa Sudamericano (CDS). ¿Lo comprenderán así todos sus integrantes? Llama la atención que aún Chávez, y algunos de los presidentes que tan fielmente lo siguen, no consideren a las Farc como terroristas.


La lucha contra el narcoterrorismo no es ni puede ser sólo de Colombia. Hay una corresponsabilidad universal. Razón de más para crear los mecanismos y las herramientas que faciliten su erradicación. He aquí parte de la motivación del Plan Colombia y de los acuerdos de cooperación técnica y de defensa con Estados Unidos. El Presidente Álvaro Uribe ha dicho en forma explícita que no ha habido, ni habrá bases militares extranjeras en nuestro país. "Ni las hemos pedido, ni los Estados Unidos piensan instalarlas", reiteró
la Vicecanciller Clemencia Forero, en la reunión de ayer de Unasur.


La gira del Presidente Uribe por siete países ya comenzó a dar resultados. Lograr que Unasur no obrara bajo los impulsos de las voces irracionales de Chávez, Correa y Morales. Por fortuna así fue, ya que es imposible desconocer su verdadera intención regional, la instalación y expansión de su llamado Socialismo del Siglo XXI.


Estuvimos de acuerdo con la inasistencia del Presidente Uribe a la cumbre de ayer en Ecuador, pero hoy creemos que su presencia en la próxima cita de Presidentes en Argentina es necesaria. Aún falta por realizar el mayor reto: que la región se convenza de que la lucha es contra el terrorismo y el narcotráfico, no contra Colombia ni contra Estados Unidos. Y al Primer Mandatario de los colombianos le ha tocado liderar este enorme desafío histórico.

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